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LDERES EN GUERRA: - Aníbal Romero

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Mientras más prolongada se hacía una campaña, era más difícil para Hitler confiar la<br />

conducción cotidiana de las operaciones a sus subordinados» 46 . Falta de confianza<br />

en si mismo, en sus tropas y en sus generales fueron todos factores que incidieron<br />

decisivamente en la carrera militar de Hitler.<br />

Ahora bien varios generales alemanes y diversos historiadores que han escrito<br />

sobre el tema después de 1945, han pintado una imagen de Hitler en la segunda<br />

parte de la guerra comportándose todo el tiempo como un maniático y cometiendo<br />

constantemente todo tipo de errores que causaron a derrota de Alemania. Como lo<br />

demuestran los fragmentos sobrevivientes de sus conferencias militares, esa visión<br />

de un Hitler entregado por completo a los accesos de cólera, incapaz de entender a<br />

sus generales, insultando a sus colaboradores y sin habilidad ninguna para dar<br />

órdenes coherentes es exagerada y no corresponde a la realidad. Ciertamente,<br />

sobre todo en el periodo final de la guerra, el lado fantasioso de la personalidad de<br />

Hitler le dominó plenamente, pero en etapas anteriores, Hitler mantuvo el control de<br />

su inmensa maquinaria de guerra a través de una confrontación en la cual las<br />

fuerzas armadas alemanas se sostuvieron por más de dos anos frente a adversarios<br />

más poderosos. No es posible decir que esto se logro gracias a las capacidades de<br />

su comandante supremo, pero tampoco se puede afirmar que ello fue posible a<br />

pesar de la incapacidad militar de Hitler.<br />

Hitler ha sido muy criticado por sus acciones en la segunda parte de la guerra,<br />

particularmente por su persistente rechazo a aceptar retiradas estratégicas en el<br />

frente oriental, lo cual contribuyó a que los soviéticos lograsen cercar grandes<br />

segmentos de tropas alemanas que tal vez de otra manera hubiesen podido escapar.<br />

Esta acusación, como apunta Van Creveld, es correcta en cuanto a que Hitler no<br />

entendía otro tipo de defensa que la defensa estática, tal y como él mismo la había<br />

experimentado en la Primera Guerra Mundial; pero esto no significa que sus órdenes<br />

de «quedarse y pelear» fuesen siempre erróneas. Basta pensar en la situación<br />

planteada durante el invierno de 1941 cuando se inició la gran contraofensiva rusa a<br />

las puertas de Moscú. Hoy en día hay amplio acuerdo en que la determinación de<br />

Hitler de no ordenar una retirada y de establecer líneas de defensa «sin dar un paso<br />

atrás» fue lo que salvó a las tropas alemanas de correr la misma suerte que los<br />

ejércitos napoleónicos en 1812. Sin embargo, su excesivo énfasis en el ataque<br />

considerado casi como la única forma de hacer la guerra tuvo resultados<br />

catastróficos a largo plazo. Al fallar la «Blitzkrieg» en la Unión Soviética, el ejército<br />

alemán encontró que no tema una línea fortificada hacia la cual retirarse para<br />

enfrentar la contraofensiva enemiga, que no disponía de equipos adecuados para<br />

condiciones invernales, y que carecía de una reserva estratégica capaz de equilibrar<br />

de nuevo el balance de fuerzas:<br />

____________________________________________________________________<br />

46.M. Van Creveld: «War Lord Hitler: Some Points Reconsidered», European Studies Review,<br />

Vol. 4, núm. 1, 1974, p. 57.<br />

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