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Las condiciones subjetivas se refieren a la clara percepción que dos hombres,<br />
un militar profesional y un político, tuvieron acerca de las potencialidades del tanque<br />
como arma de guerra: Guderian y Hitler. A mediados de los años 20, Guderian, que<br />
era entonces capitán, se convirtió en un entusiasta de los tanques y comenzó a<br />
estudiar en detalle las obras de Fuller y Liddell Hart. En su autobiografía, Guderian<br />
narra que ya en 1929 se había convencido de que «los tanques, actuando por sí<br />
solos o en conjunción con la infantería, no podían alcanzar una importancia decisiva.<br />
Mis estudios históricos y la experiencia práctica de simulacros me habían persuadido<br />
de que los tanques no serían capaces de producir todos sus efectos hasta que las<br />
otras armas (infantería y artillería), en cuyo apoyo tienen que confiar, adquiriesen los<br />
mismos standards de velocidad y eficacia. En esas formaciones de todas las armas,<br />
los tanques jugarían el papel principal, y las otras armas estarían subordinadas a sus<br />
requerimientos. Era equivocado simplemente añadir los tanques a las divisiones de<br />
infantería; lo que se necesitaba era crear divisiones blindadas que incluirían todas las<br />
armas de apoyo para permitir a los tanques combatir con plena efectividad» 19 .<br />
Las divisiones «Panzer» o acorazadas, compuestas de tanques, infantería<br />
motorizada, artillería auto-transportada y con apoyo aéreo, se convertirían en un<br />
instrumento militar decisivo para la realización de la «estrategia indirecta». Como<br />
comandante de varias unidades blindadas experimentales, Guderian dio gran<br />
impulso a las nuevas ideas estratégicas en Alemania; pero el paso crucial en el<br />
desarrollo de las divisiones Panzer fue dado por Hitler. Guderian relata una visita de<br />
Hitler en 1933, el año de su ascenso al poder, al campo de pruebas de las aún<br />
escasas unidades Panzer. Impresionado por la velocidad y precisión de las mismas,<br />
Hitler exclamó repetidas veces: «¡Esto es lo que necesito! ¡Esto es lo que deseo<br />
tener!» 20 . Hitler, un veterano soldado de la Primera Guerra Mundial, había<br />
comprendido que la mecanización decidiría el curso de las guerras futuras. En el<br />
segundo volumen de su libro Mi Lucha, publicado por primera vez en 1926, Hitler ya<br />
había hablado de «la motorización general del mundo, que en la próxima guerra se<br />
pondrá de manifiesto inconteniblemente» 21 ; y en 1932 cristalizó aún más sus ideas,<br />
al declarar que «la próxima guerra será muy distinta a la anterior guerra mundial. Los<br />
ataques de masas de infantería han quedado obsoletos. Las luchas que se extienden<br />
por años en frentes petrificados no retornarán. Yo garantizo que nuestro bando<br />
recuperará la superioridad que otorga la flexibilidad en las operaciones. 22<br />
El concepto de «guerra relámpago» (Blitzkrieg) resultó de la combinación de<br />
elementos militares y políticos. Militarmente, en palabras de Guderian, la «guerra<br />
relámpago» era un instrumento cuya potencialidad residía en «ser capaces de<br />
moverse más rápidamente de lo que hasta ahora se ha hecho, de mantenerse en<br />
movimiento a pesar del fuego defensivo del enemigo y así crearle dificultades para<br />
____________________________________________________________________<br />
19. General Heinz Guderian: Panzer Leader, Futura, London, 1977, p. 24.<br />
20. Ibid, pp.29-30<br />
21. Adolf Hitler: Mein Kampf, Hutchinson, London, 1974, p. 603.<br />
22. Citado por John Strawson: Hitler as Military Commander, Batsford, London, 1971, p. 36<br />
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