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LDERES EN GUERRA: - Aníbal Romero

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Ambas ofensivas alcanzarían un punto de unión en el interior de Rusia a manera de<br />

tenazas que se cierran. Finalmente, una operación subsidiaria procedería hacia el<br />

sur para capturar los campos petroleros de Bakú.<br />

En su plan, el general Marcks aumentó levemente los cálculos hasta entonces<br />

hechos por la inteligencia alemana en relación con el potencial militar soviético.<br />

Marcks asumió que un número equivalente de divisiones sería desplegado por los<br />

alemanes; no obstante, las 24 divisiones Panzer les darían gran superioridad, ya que<br />

buena parte de las fuerzas móviles soviéticas estaban compuestas de caballería (25<br />

divisiones). El defecto de los cálculos de Marcks se encontraba en que los mismos<br />

se fundamentaban en supuestos que no llegaron a materializarse. El primero era que<br />

debido a la amenaza japonesa, Stalin se vería obligado a mantener gran número de<br />

tropas y equipos en el lejano oriente, los cuales no podrían incorporarse a la defensa<br />

de las fronteras occidentales de Rusia. Sin embargo, la decisión japonesa de no<br />

atacar la URSS permitió a los soviéticos trasladar importantes contingentes al frente<br />

occidental, que proporcionaron ayuda crucial en momentos críticos. En segundo<br />

lugar, Marcks pensó que las únicas fuerzas alemanas que no participarían en la<br />

invasión serían las tropas de ocupación en Europa occidental y central; Marcks no<br />

podía prever, en Agosto de 1940, que la operación «Marita» contra Yugoslavia y<br />

Grecia y el envío del Africakorps para prestar auxilio al ejército italiano en África del<br />

Norte extraerían significativos recursos a las fuerzas alemanas destinadas contra la<br />

URSS.<br />

Por otra parte, Marcks asumió, sin tener evidencia suficiente para ello, que el<br />

Ejército Rojo enfrentaría el ataque alemán con base en un bien concebido y<br />

organizado plan de defensa, el cual en realidad no existía. Finalmente, Marcks afirmó<br />

que los soviéticos se encontraban en situación de inferioridad frente a las fuerzas<br />

armadas alemanas, tanto en términos de entrenamiento como de doctrina táctica, así<br />

como también en lo referente a la calidad de su material de guerra. En esto Marcks<br />

no se equivocaba del todo, mas los análisis en cuanto a las capacidades militares<br />

soviéticas dejaron pronto de fundamentarse en informaciones objetivas (las cuales,<br />

en todo caso, eran escasas) para caer en una excesiva subestimación del<br />

adversario. La influencia de la ideología nazi, con su desprecio por los eslavos, los<br />

así llamados «sub-hombres», distorsionó las apreciaciones de inteligencia sobre el<br />

potencial del enemigo, y condujo tanto a un exagerado optimismo acerca de las<br />

posibilidades de un rápido y decisivo triunfo alemán, así como también a un<br />

menosprecio suicida del oponente.<br />

Los objetivos militares del «Plan Marcks» eran, en primer lugar, asestar<br />

abrumadores golpes al Ejército Rojo en la Rusia europea y avanzar hasta una línea<br />

definida por las ciudades de Arcángel, Rostov y Gorki, situadas lo suficientemente al<br />

Este para impedir ataques aéreos soviéticos contra Alemania. Estos objetivos<br />

militares perseguían de hecho un fin político limitado: infligir serias derrotas a las<br />

fuerzas armadas soviéticas «que hagan imposible para Rusia participar en una<br />

guerra contra Alemania en el futuro previsible» 79 .<br />

____________________________________________________________________<br />

79. Citado por F. Halder: Hitler as War Lord, London, 1950, p. 40.<br />

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