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Leningrado, Moscú y Kiev, Paulus redujo el número de divisiones asignado por<br />
Marcks a las reservas, y dividió las fuerzas disponibles en tres grandes grupos de<br />
ejércitos: «Norte», «Central» y «Sur», cada uno de los cuales conduciría por<br />
separado batallas envolventes en la primera etapa de la invasión.<br />
A pesar de lo dicho por Hitler en su conferencia del 31 de Julio acerca de la<br />
«destrucción del poder vital ruso», Halder y Paulus persistieron en la creencia de que<br />
el fin político de la invasión a la URSS era limitado. Después de la guerra, sin<br />
embargo, Paulus describió la tarea asignada a los que planificaron los aspectos<br />
operacionales de la campaña como «algo que estaba mucho más allá del poder de<br />
Alemania». Halder, por su parte, manifestó que él había pensado que los objetivos<br />
de Hitler eran limitados: «Ocupación de áreas importantes de la Rusia occidental,<br />
Ucrania y los Estados bálticos, lo cual proporcionaría elementos claves a ser<br />
utilizados en las negociaciones de paz». Los jefes del Estado Mayor de cada uno de<br />
los grupos de ejércitos esbozaron también planes operacionales de ataque antes de<br />
Diciembre de 1940. De éstos, el único que se diferenciaba del proyecto de Paulus<br />
fue el realizado por el general Von Sodenstern, del grupo de ejércitos «Norte». Es<br />
interesante citarlo, ya que Von Sodenstern fue el único alto miembro de Estado<br />
Mayor que expresó abiertamente su inconformidad con la decisión de invadir Rusia.<br />
Forzado a producir un plan para una campaña que consideraba excesivamente<br />
arriesgada y casi sin esperanzas de éxito, Sodenstern trató de enfrentar el problema<br />
desde un ángulo novedoso: en lugar de concentrarse en la destrucción de las<br />
fuerzas armadas rusas, los alemanes deberían apuntar a la rápida captura de<br />
Moscú, Leningrado y Karkov con objeto de diezmar al liderazgo político soviético y<br />
contribuir así a la desorganización de la resistencia enemiga. El «Plan Sodenstern»<br />
proponía sólo una gran batalla envolvente entre Kiev y Gomel; Sodenstern esperaba<br />
que los alemanes conquistaran una posición ventajosa para negociar una paz<br />
favorable al capturar las zonas industriales de las mencionadas ciudades. Sus<br />
objetivos militares y su fin político eran limitados, y el plan no pasó de ser un ejercicio<br />
intelectual.<br />
Von Brauchitsch y Halder presentaron a Hitler el «Plan Paulus» el 5 de<br />
diciembre de 1940. De nuevo en esta reunión Halder recibió la impresión de que el<br />
objetivo operacional de la invasión era alcanzar un punto desde el cual se hiciese<br />
imposible para los rusos realizar ataques aéreos contra Alemania, lo cual de hecho<br />
implicaba —desde el punto de vista político— que un Estado soviético continuaría<br />
existiendo de una manera u otra más allá de ese punto. Halder persistió en esa<br />
creencia a pesar de que Hitler repitió sus ideas acerca de la necesidad de «destruir<br />
las fuerzas vivientes de Rusia», de «no dejar nada que pueda producir una<br />
regeneración». Evidentemente, tales propósitos tenían una dimensión política mayor<br />
a la de los objetivos operacionales que se estaban discutiendo, aunque la falta de<br />
armonía entre ambas concepciones no fue resuelta, y ni siquiera fue enfrentada en<br />
forma explícita. Es probable que Brauchitsch y Halder hayan subestimado, como<br />
muchos otros lo hicieron, la seriedad de las intenciones de Hitler.<br />
En esa misma conferencia del 5 de Diciembre de 1940, surgió otra dificultad<br />
que tendría graves consecuencias durante la ejecución de la campaña en Rusia. El<br />
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