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LDERES EN GUERRA: - Aníbal Romero

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los cuatrocientos seis comandantes de brigada fueron ejecutados. El mayor número<br />

de pérdidas en la oficialidad soviética se produjo entre aquellos con rango de coronel<br />

hacia abajo, hasta alcanzar el nivel de comandante de compañía 18 . Todos los<br />

almirantes en las distintas flotas soviéticas y sus suplentes fueron eliminados, y miles<br />

de oficiales de todos los rangos fueron enviados a los campos de prisioneros. La<br />

acusación era: «traición». De los mariscales sólo sobrevivieron Budenny y<br />

Voroshilov, ambos cómplices incondicionales de Stalin. El Ejército Rojo como<br />

instrumento militar quedó casi absolutamente en ruinas, sin conductores de talla y sin<br />

superiores capaces de afrontar inteligentemente las nuevas condiciones de la guerra<br />

moderna. Esto se haría patente poco más tarde en la guerra contra Finlandia y<br />

durante las primeras etapas de la guerra contra la Alemania nazi.<br />

En tercer lugar, la gran purga cobró un gran porcentaje de víctimas entre los<br />

científicos, dirigentes de empresas estatales, ingenieros e investigadores en ramas<br />

diversas. Las consecuencias fueron muy graves y explican la paralización virtual del<br />

crecimiento económico en la URSS en 1937. La cuarta categoría incluyó a casi todos<br />

los jefes del partido y dirigentes estatales en las distintas repúblicas nacionales<br />

dentro de la URSS, basándose en cargos de «traición», «nacionalismo burgués» y<br />

otros. En quinto lugar, los jefes de la policía secreta (NKVD) en 1936, los mismos<br />

hombres que, como Yagoda, habían llevado a cabo al pie de la letra las órdenes de<br />

Stalin, instrumentado con temible perfección el terror masivo, fueron a su vez<br />

destruidos junto a la mayoría de los altos oficiales de los organismos represivos. La<br />

sexta categoría de víctimas fue quizás más amplia y genérica que las anteriores,<br />

pues incluyó aquellos que tenían contactos en el extranjero, aun cuando fuesen<br />

relaciones «legítimas»; los diplomáticos, representantes comerciales, agentes de<br />

inteligencia y muchos líderes comunistas residentes en Rusia, que habían llegado allí<br />

en busca de refugio o en cumplimiento de alguna misión política. Finalmente, la<br />

purga se extendió entre aquellos que de una u otra manera estaban relacionados<br />

con las otras categorías de víctimas: subordinados, colegas, amigos, asociados y<br />

familiares que llenaban los siempre crecientes campos de concentración. Después<br />

de dos años de esta casi inconcebible e inhumana experiencia histórica, la Unión<br />

Soviética yacía postrada ante Stalin, débil pero nunca acabada del todo. ¿Cuántos<br />

perecieron en las purgas? Los cómputos realizados por diversos historiadores son<br />

variables, pero nunca bajan de millones. Algunos calculan un total de víctimas de la<br />

represión stalinista que asciende a los doce o quince millones de seres humanos,<br />

cifra extraordinariamente alta y sin embargo creíble 19 . ¿Qué otras naciones en la<br />

historia han logrado recuperarse de convulsiones como ésta? Y todavía faltaba a la<br />

URSS atravesar por la experiencia de la Segunda Guerra Mundial y su estela de<br />

veinte millones de muertos...<br />

____________________________________________________________________<br />

18. Véase Alan Clark: Barbarossa, Penguin, Harmondsworth, 1966, pp. 60, 61.<br />

19. Véase Alee Nove: Stalinism and After, Alien & Unwin, London, 1973, pp. 54, 54.<br />

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