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A raíz de esto, Hitler concibió la alternativa de una alianza entre Alemania y Gran<br />
Bretaña contra Francia. No obstante, tal posibilidad introducía un importante cambio<br />
en el esquema original de Hitler, ya que Alemania no podría obtener una alianza con<br />
la Gran Bretaña si al mismo tiempo trataba de conquistar colonias en Asia o África<br />
perturbando así la estabilidad del imperio británico.<br />
En 1924, en prisión, Hitler resolvió el dilema mediante un programa de política<br />
exterior que reconciliaba las supuestas necesidades de expansión alemanas y<br />
conquista de «espacio vital» (Lebensraum) con la renuncia a la adquisición de<br />
colonias de ultramar, a objeto de evitar un conflicto con Gran Bretaña. La solución<br />
hitleriana consistía en buscar ese «espacio vital» en el propio continente europeo,<br />
hacia el este, y concretamente en Rusia donde ya el régimen bolchevique se había<br />
hecho más sólido. Como expresó en Mein Kampf, donde expuso con nitidez ese<br />
programa: «Para Alemania, la única posibilidad de llevar a cabo una sana política<br />
territorial descansa en la adquisición de nuevas tierras en el propio continente<br />
europeo... Si hablamos hoy de tierra en Europa, debemos tener en mente ante todo<br />
a Rusia y sus estados vasallos... El gigante imperio en el Este está maduro para el<br />
colapso, y el fin de la dominación judía en Rusia será también el fin de Rusia como<br />
Estado» 22 . Al dirigir sus planes de conquista hacia el este, hacia la gran masa<br />
continental ocupada primordialmente por la URSS, Hitler esperaba evitar la situación<br />
de una guerra en dos frentes que vivió Alemania durante la Primera Guerra Mundial.<br />
El gobierno del Kaiser Guillermo II había intentado proseguir simultáneamente una<br />
política colonial contra Gran Bretaña y una política continental contra Francia y<br />
Rusia, lo cual le condujo al fracaso. Hitler planteaba una solución que a sus ojos<br />
parecía óptima, pues combinaba consideraciones de poder, basadas en cálculos<br />
«realistas» (evitar una guerra en dos frentes), con elementos ideológicos sintetizados<br />
en la cruzada anti-bolchevique.<br />
En su Segundo Libro o Libro Secreto de 1928, Hitler reiteró el programa<br />
delineado en Mein Kampf e introdujo dos nuevas perspectivas. En primer lugar, dio<br />
énfasis al problema representado por Francia como seguro adversario de las<br />
ambiciones alemanas, y se refirió a la amenaza estratégica planteada por el sistema<br />
de alianzas francés en Europa oriental. Con relación a Polonia y Checoslovaquia,<br />
Hitler concluyó que, gracias a esos aliados, Francia estaba «en posición de<br />
amenazar con aviones casi todo el territorio de Alemania, apenas una hora después<br />
de que estalle un conflicto» 23 . En segundo lugar, Hitler atacó enérgicamente el<br />
argumento según el cual la Gran Bretaña, siguiendo su política tradicional de<br />
preservar el balance de poder en Europa, se opondría a las pretensiones de<br />
hegemonía continental de Alemania. Según Hitler este argumento era incorrecto;<br />
Gran Bretaña no se opondría a la expansión alemana en Europa en tanto el Reich se<br />
abstuviese de amenazar en forma directa al imperio británico.<br />
____________________________________________________________________<br />
22. A. Hitler: Mein Kampf, ob. cit., pp. 128, 598.<br />
23. T. Taylor (ed.): Hitler's Secret Books, ob. cit., p. 127.<br />
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