La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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para acreditar las infames acusaciones lanzadas contra los hombres que arriesgaron su vida en<br />
tierras de España, luchando codo con codo con los <strong>comunista</strong>s y antifascistas españoles.<br />
”Fingiéndose amigos, camuflándose entre los combatientes venidos de todos los países a defender<br />
la causa de la libertad en España, los espías titistas ayudaban al verdugo Franco, apuñalando por la<br />
espalda al pueblo español – declaraban los portavoces oficiales <strong>del</strong> PCE. Más tarde, los espías<br />
titistas, continuando su vil actividad de provocación en los campos de concentración de Francia,<br />
causaron la muerte de miles de republicanos españoles. Los hitlerianos pudieron localizar y asesinar<br />
a muchos de los más heroicos combatientes españoles sirviéndose de los miserables espías titistas<br />
[...]”(55) Cada partido <strong>comunista</strong> dio su contribución ”original” a la operación montada por el<br />
Kremlin. Incluso los líderes <strong>comunista</strong>s chinos, cuya experiencia podía permitirles comprender<br />
mejor que nadie el fondo verdadero <strong>del</strong> conflicto sovieticoyugoslavo, no faltaron a la cita de Stalin.<br />
<strong>La</strong> resistencia de Mao a la jefatura soviética había precedido en bastantes años, según vimos en la<br />
primera parte de este estudio, a la de Tito. Y análogamente a lo sucedido con la revolución<br />
yugoslava, la revolución china pudo alcanzar la victoria gracias a que sus dirigentes desacataron las<br />
directivas de Stalin – el cual trató de imponerles, como a los yugoslavos, una política de unión<br />
nacional subordinada a las fuerzas burguesas y a los imperativos <strong>del</strong> compromiso duradero que<br />
Stalin buscaba con el imperialismo americano. Pero en 1949 esos mismos dirigentes calificaban de<br />
”traidores” y ”renegados” a los <strong>comunista</strong>s yugoslavos, declaraban que de haber seguido el camino<br />
titista ”no hubiera sido posible alcanzar la liberación nacional de China” y ésta se habría convertido<br />
en ”colonia <strong>del</strong> imperialismo”, como Yugoslavia(56). Sin embargo, la actitud <strong>del</strong> Partido<br />
Comunista chino en este asunto fue más moderada y discreta que la de otros partidos, en particular<br />
los europeos. Y dentro de éstos también hubo diferencias. <strong>La</strong> palma de la campaña antititista fuera<br />
<strong>del</strong> ”campo socialista” se la llevó, sin duda, el Partido Comunista francés. Haciendo balance de la<br />
labor afectuada en este terreno y llamando a intensificarla, uno de los dirigentes <strong>del</strong> PCF escribía en<br />
junio de 1950: ”No pasa día sin que nuestra prensa inserte informaciones o artículos sobre la<br />
situación en Yugoslavia. Pero este trabajo tiene frecuentemente un carácter formal, improvisado,<br />
poco metódico [...] Hay que mejorar considerablemente la calidad de los textos y no sólo su<br />
número. Nuestra prensa debe considerar la acentuación de la campaña contra Tito como un objetivo<br />
de primera importancia.”(57) <strong>La</strong> campaña de prensa fue completada con la edición masiva de hojas<br />
y folletos, como el titulado <strong>La</strong> Yougoslavie sous la terreur de Tito. El PCF no se limitó a la<br />
propaganda. Organizó ”la lucha de masas” contra el envío de material ”militar” a Tito:<br />
”Lo que se ha hecho en Figeac, contra la fabricación de hélices para Tito, y en Niza, a propósito de la<br />
rampa de lanzamiento de V 2 que se creía destinada a Tito, no es más que un comienzo [...] Hay que<br />
extenderla a todo el país, y en particular a regiones como Grenoble donde se fabrican importantes pedidos<br />
de material eléctrico para Tito.”(58)<br />
El PCF organizó también una campaña contra las visitas a Yugoslavia lanzando la consigna: ”¡Ni<br />
un solo joven obrero honrado, ni un solo estudiante sinceramente progresista, ni un solo joven<br />
demócrata de Francia debe ir a Yugoslavia durante las vacaciones!” Y contra las manifestaciones<br />
artísticas yugoslavas en Francia:<br />
”No solamente la Exposición <strong>del</strong> arte medieval yugoslavo en París, sino las representaciones<br />
cinematográficas yugoslavas, hubieran debido ser ocasión para los <strong>comunista</strong>s y los partidarios de la paz<br />
de demostrar, en formas apropiadas, qué política se camufla tras esa propaganda artística, en apariencia<br />
neutra y desinteresada, que se dirige a los medios intelectuales pequeño burgueses, especulando con su<br />
mentalidad vacilante, inestable y crédula.”<br />
(El PCF exigía a los ”partidarios de la paz” que tomaran posición contra Tito, fautor de guerra.)<br />
Con la autoridad de quien sólo reconoce, como buen marxista, los hechos científicamente<br />
demostrados y los <strong>del</strong>itos jurídicamente probados – tales como la conversión <strong>del</strong> socialismo<br />
yugoslavo en fascismo, los crímenes de los espías Rajk, Kostov, etc. –, el autor <strong>del</strong> texto que<br />
venimos citando se escandaliza de la credulidad e ingenuidad de los intelectuales franceses,<br />
incapaces de percibir las perversas intenciones antisoviéticas e imperialistas que persigue la<br />
Exposición <strong>del</strong> arte medieval yugoslavo: ”Hay como para sonrojarse, exclama, de la ingenuidad de