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La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv

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algunos intelectuales franceses, que han tolerado y soportado tan grotescas supercherías, bajo el<br />

pretexto de que eran arte puro.”(59) Hasta el deporte yugoslavo representaba un peligroso<br />

propagador de la herejía titista. Afortunadamente, la prensa <strong>comunista</strong> había dado pruebas en este<br />

terreno deportivo de firmeza doctrinal y la dirección <strong>del</strong> partido subraya el caso, presentándolo<br />

como ejemplo a seguir en el dominio cultural: ”<strong>La</strong> firme actitud de la prensa de nuestro partido con<br />

ocasión de las manifestaciones deportivas yugoslavas puede servir de mo<strong>del</strong>o de lo que debe<br />

hacerse también en el dominio cultural.”(60)<br />

En junio de 1951, Etienne Fajon presentó en la revista política <strong>del</strong> PCF el balance de la evolución<br />

seguida por Yugoslavia desde la ruptura de 1948, y las lecciones que se desprendían de los procesos<br />

en las democracias populares. El artículo llevaba por título: ”<strong>La</strong> clarividencia <strong>del</strong> partido<br />

bolchevique y los crímenes de la camarilla fascista de Tito”. He aquí algunos pasajes:<br />

”En lo que se refiere a la situación interior, la camarilla titista ha liquidado completamente el régimen de<br />

democracia popular [...] Para facilitar la restauración completa <strong>del</strong> capitalismo, el gobierno ha<br />

”descentralizado” el año último el sector económico <strong>del</strong> Estado (que por otra parte había cesado de ser el<br />

bien <strong>del</strong> pueblo, puesto que el poder se encontraba en manos de los enemigos <strong>del</strong> pueblo). <strong>La</strong> dirección de<br />

las empresas ha sido confiada a pretendidos ”consejos obreros”, que recurren ampliamente al capital<br />

privado, en virtud de la situación catastrófica de la economía yugoslava [...] <strong>La</strong> explotación de la clase<br />

obrera yugoslava es atroz [...] Ciertas empresas cuentan un 70 % de obreros tuberculosos [...] Reina por<br />

doquier una represión sangrienta y salvaje, en particular contra los <strong>comunista</strong>s fieles al internacionalismo<br />

proletario y a la independencia de su patria. Decenas de miles son encarcelados, torturados a muerte,<br />

asesinados cobardemente [...] El gobierno de Belgrado ha liquidado completamente la independencia de<br />

la república yugoslava, reducida actualmente al papel de colonia y de base al servicio de los<br />

multimillonarios americanos [...] Desde 1949, el proceso de Rajk en Hungría y el de Kostov en Bulgaria<br />

permitieron desvelar el verdadero pasado de la camarilla dirigente yugoslava. Quedó demostrado que se<br />

trataba de vulgares espías, ligados desde hacía mucho tiempo a los servicios de información de<br />

Wáshington y de Londres. Una de las principales tareas asignadas a estos miserables, en la preparación de<br />

la tercera guerra mundial, consistía en organizar complots contra el nuevo régimen en los países de<br />

democracia popular, y preparar, en combinación con los traidores locales, los golpes de Estado<br />

contrarrevolucionarios indispensables para transformar esos países en bases de agresión contra la URSS.<br />

<strong>La</strong> extensión de este plan, que la resolución <strong>del</strong> Buró de Información contribuyó a aplastar en el huevo, ha<br />

sido ilustrada recientemente con el descubrimiento de la actividad criminal de Clementis y consortes en<br />

Checoslovaquia.”(61)<br />

Este breve muestrario de la acción <strong>del</strong> Partido Comunista francés contra la ”camarilla fascista de<br />

Tito” y en apoyo de los procesos, da idea de lo que fue análoga acción en los demás partidos<br />

<strong>comunista</strong>s <strong>del</strong> Occidente. Pero no en todos – según hemos señalado más arriba – tuvo la virulencia<br />

francesa. <strong>La</strong> campaña contra el titismo <strong>del</strong> Partido Comunista italiano, por ejemplo, fue de<br />

intensidad notablemente menor que la <strong>del</strong> PCF. Y de tono menos agresivo. Considerada<br />

retrospectivamente, parece como si en la acción de los <strong>comunista</strong>s italianos contra el titismo<br />

hubiese faltado el celo y la incondicionalidad prosoviéticos que resaltaban en la de los <strong>comunista</strong>s<br />

franceses. <strong>La</strong>s actas <strong>del</strong> VII Congreso <strong>del</strong> PCI, celebrado en abril de 1951, apenas contienen<br />

referencias al problema. <strong>La</strong> más explícita es de Togliatti, pero en la casi totalidad de las restantes<br />

intervenciones la cuestión titista brilla por su ausencia(62). Ello reflejaba, indudablemente, ciertos<br />

rasgos diferenciales <strong>del</strong> PCI respecto al otro ”grande” <strong>del</strong> comunismo occidental – rasgos que se<br />

acentuarían ulteriormente –, así como la gravitación de importantes consideraciones de política<br />

interior, en particular la preocupación de preservar las relaciones unitarias con los socialistas. El<br />

PCF no tenía nada que perder a este respecto porque su aislamiento no podía ser mayor. Y algo<br />

parecido sucedía con la mayor parte de los partidos <strong>comunista</strong>s, sobre todo en Europa y América.<br />

Al mostrarse como instrumentos incondicionales de la política <strong>del</strong> Kremlin, incluso en lo que ésta<br />

tenía de más oscurantista y policiaco, los partidos <strong>comunista</strong>s de Occidente agravaron su<br />

aislamiento. En aquellos años de ”guerra fría” y maccartysmo su complicidad con el ”maccartysmo<br />

estaliniano” privaba a los <strong>comunista</strong>s de autoridad moral y política ante grandes sectores obreros,<br />

democráticos y progresistas. El problema mismo de la lucha contra el peligro de guerra quedaba<br />

falseado desde el momento que se incluía a Yugoslavia entre las principales bases <strong>del</strong> imperialismo

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