La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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una vez de regreso en China hicieron todo lo contrario. Reagruparon sus fuerzas, organizaron su ejército,<br />
y como todo el mundo puede ver hoy están en camino de batir a Chiang Kai-chek. En el caso de China<br />
nos hemos equivocado y lo reconocemos.”(19)<br />
(En la nota 19 explicamos los posibles móviles de esta curiosa ”autocrítica” <strong>del</strong> Infalible, pero lo<br />
que aquí nos interesa es el reconocimiento de la presión ejercida sobre el PCC.)<br />
<strong>La</strong>s negociaciones entabladas en septiembre de 1945 entre Mao y Chiang no llevaron a ningún<br />
resultado práctico. Mientras se negociaba, Chiang ordenaba a sus tropas atacar las zonas<br />
controladas por los <strong>comunista</strong>s, y Mao ordenaba a las suyas resistir y aniquilar a los atacantes(20).<br />
En el otoño de 1945 la guerra civil era un hecho. Se acentuó la presión sovieticoamericana<br />
encaminada a imponer una solución de ”unión nacional” a los dos poderes armados que se<br />
afrontaban en China. En la conferencia de ministros de Relaciones exteriores, celebrada en<br />
diciembre de 1945, los ”tres grandes” convinieron en ”la necesidad de una China unificada y<br />
democrática, bajo la dirección de un gobierno de unión nacional, a base de una amplia integración<br />
de los elementos democráticos en todos los organismos <strong>del</strong> gobierno nacional y el cese de los<br />
desórdenes civiles”(21). <strong>La</strong>s negociaciones entre el Kuomintang y el PCC se reactivaron. En enero<br />
de 1946 se reunió una Conferencia consultativa política y se acordó una tregua en las operaciones<br />
militares. <strong>La</strong> Conferencia consultativa adoptó una serie de resoluciones que aparentemente daban<br />
satisfacción al acuerdo de los ”tres grandes”, pero en realidad encubrían los preparativos de Chiang<br />
para reanu-dar la ofensiva contra las fuerzas revolucionarias y los preparativos <strong>comunista</strong>s para<br />
responder adecuadamente a las fuerzas contrarrevolucionarias. Entretanto ganan terreno en<br />
Washington los partidarios de prestar al dictador chino toda la ayuda necesaria para imponer una<br />
solución militar <strong>del</strong> conflicto. Desde el verano de 1946, la guerra civil se generaliza a todo el país y<br />
pese a nuevos intentos esporádicos de negociación no cesará de crecer en intensidad y amplitud<br />
hasta el hundimiento total <strong>del</strong> Kuomintang.<br />
Chiang Kai-chek emprende la ofensiva en julio de 1946. Su ejército cuenta en ese momento con<br />
gran superioridad en efectivos regulares y en armamento (dispone de 500 aviones, en gran parte<br />
pilotados por americanos, mientras que el ejército popular no tuvo aviación hasta después de la<br />
victoria), es asistido por miles de oficiales y técnicos yanquis, y generosamente subvencionado por<br />
Washington. Durante un año (hasta el verano de 1947) los nacionalistas parecen marchar de victoria<br />
en victoria; en realidad ocupan ciudades que el ejército popular no defiende, obedeciendo a una<br />
táctica bien experimentada; alargan sus comunicaciones y dispersan sus fuerzas en espacios<br />
hostiles, minados por la agitación revolucionaria. El ejército popular no presenta combate en regla<br />
más que allí donde cuenta con superioridad decisiva. Extiende y afianza el nuevo poder en zonas<br />
rurales cada vez más vastas, donde la revolución agraria se convierte ipso facto en realidad tangible;<br />
cerca las ciudades, corta las vías de comunicación, aisla las divisiones nacionalistas. Paralelamente<br />
intensifica la acción clandestina en los mismos centros urbanos <strong>del</strong> enemigo, atrae a los elementos<br />
vacilantes, aprovecha las disensiones dentro <strong>del</strong> corrompido aparato político y militar <strong>del</strong><br />
Kuomintang. <strong>La</strong> correlación de fuerzas va cambiando rápidamente a favor de los <strong>comunista</strong>s. Entre<br />
el verano de 1947 y el verano de 1948 el ejército popular pasa progresivamente a la ofensiva en<br />
Manchuria, China <strong>del</strong> norte y China central. Se inicia la fase que había previsto Mao en su teoría de<br />
la ”guerra prolongada”: el paso de la guerra de guerrillas a la guerra de maniobra. En el otoño de<br />
1948 se suceden las victorias espectaculares. El ejército popular libera toda Manchuria, hace cientos<br />
de miles de prisioneros, se apodera de grandes cantidades de material bélico. <strong>La</strong> superioridad en<br />
armamento (pese a la carencia de aviación) y en efectivos regulares pasa decisivamente a las<br />
fuerzas revolucionarias. En enero de 1949 el ejército popular entra en Pekín. En la primavera cruza<br />
el Yangtsé y entra en Nankín y Changhai. En el otoño llega a Cantón. A fin de año toda la China<br />
continental, menos algunas regiones periféricas que serán liberadas poco después, está bajo el<br />
control <strong>del</strong> nuevo poder revolucionario.<br />
El giro que la guerra civil toma a partir <strong>del</strong> verano de 1947, la fulgurante y espectacular ofensiva <strong>del</strong><br />
ejército revolucionario a partir <strong>del</strong> otoño de 1948, que en un año le lleva de Manchuria a Cantón, no<br />
se explican sólo por la maestría que los <strong>comunista</strong>s habían alcanzado en su táctica política y militar,