La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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cincuenta para justificar la línea impuesta por Stalin al movimiento <strong>comunista</strong>, el abandono de la<br />
lucha por el socialismo, la campaña antititista, las procesos, etc. Y hoy la encontramos en filigrana<br />
entre las justificaciones de la invasión de Checoslovaquia, como doce años atrás <strong>del</strong> envío de los<br />
tanques a Budapest.<br />
18. Véase André Fontaine: Histoire de la guerre froide, t. I, p. 420427.<br />
19. Véase la misma obra, t. II, p. 14, y Chine-URSS, la fin d’une hégémonie, de F. Fejto, p. 77.<br />
20. Véase la obra citada de A. Fontaine, t. II, p. 14.<br />
21. Stalin: Derniers écrits (1950-1953), p. 80-81.<br />
22. Ibid., p. 124-125.<br />
23. Ibid., p. 190.<br />
24. Historia <strong>del</strong> movimiento obrero internacional y <strong>del</strong> movimiento de liberación nacional (en<br />
ruso), Ediciones Misl, Moscú, 1966, t. III, p. 592. Recordamos que esta obra, a la que nos hemos<br />
referido en otros puntos <strong>del</strong> presente libro, es la que sirve de texto en la Escuela Superior de cuadros<br />
<strong>del</strong> Partido Comunista soviético, lo que le confiere especial autoridad dentro de la ortodoxia oficial.<br />
25. Los dogmas de Stalin se condenan aquí en nombre de los dogmas <strong>del</strong> XX Congreso sobre la no<br />
inevitabilidad de las guerras, la vía pacífica al socialismo, el papel antimperialista de la burguesía<br />
nacional en los países atrasados, la unidad con la socialdemocracia, etc. Unos y otros dogmas –<br />
además de su parentesco metodológico: improvisación y pragmatismo – tenían de común el servir a<br />
la misma orientación estratégica: asentar la ”coexistencia pacífica” en un compromiso sólido y<br />
duradero --la ”paz sólida y duradera” de la campaña pacifista <strong>del</strong> Kominform – con el imperialismo<br />
americano. De ahí la paradoja que se encuentra en el texto de donde tomamos el juicio crítico<br />
citado: al mismo tiempo que se condena severamente la ”actividad” <strong>del</strong> Kominform se califica de<br />
enteramente justa su ”línea general”. Lo que se criticó, en realidad, después <strong>del</strong> XX Congreso,<br />
fueron ciertas modalidades tácticas de la aplicación de esa línea general. Por otro lado, en relación<br />
con el Kominform – como en relación con otros problemas más importantes – Stalin sirvió de chivo<br />
expiatorio de algunas de las consecuencias nefastas de la política anterior, así como el ”culto de la<br />
personalidad” se convirtió en la receta mágica para explicar todos los males. Con ello se<br />
escamoteaba el análisis crítico, marxista, de las causas profundas, enraizadas en la naturaleza misma<br />
<strong>del</strong> sistema estaliniano, tanto en sus formas estatales como en su forma ”movimiento <strong>comunista</strong>”.<br />
Lo que facilitaba la prosecución de una política, y la utilización de unos métodos, muy semejantes a<br />
los <strong>del</strong> pasado. Estos problemas los trataremos en el segundo tomo de la presente obra.<br />
26. Algunos datos sobre la evolución de los partidos <strong>comunista</strong>s de Europa occidental en el periodo<br />
<strong>del</strong> Kominform:<br />
Partido Comunista italiano<br />
1947: 1 889 505 miembros 1946: 19 % de sufragios.<br />
1952: 2 093 540 – 1953: 22,7 % –<br />
Partido Comunista francés<br />
1946: 1 034 000 (carnets distribuidos): 804 229 miembros.<br />
1954: 506 250 –<br />
(Después de 1946 la dirección <strong>del</strong> PCF sólo ha hecho públicas las cifras de carnets ditribuidos por<br />
el Comité Central a las federaciones departamentales; no las de carnets efectivamente distribuidos a<br />
los militantes. Teniendo en cuenta la diferencia existente entre ambas cifras en 1946, no puede<br />
descartarse que en 1954 la cifra real de militantes quedara por debajo de 400 000.)<br />
1946: 28,6 % de sufragios.<br />
1956: 25,3 %<br />
1947: la prensa <strong>del</strong> PCF tiene una tirada de 2 770 000 ejemplares sobre 11 millones el total de la<br />
prensa diaria. (El PCF disponía en ese año de más de 30 diarios o semanarios provinciales.) 1952: la