La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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conservación de la paz, estuvo dominada por el chantaje atómico. De análoga manera como toda la<br />
política americana estuvo dominada por la consideración de evitar a toda costa un conflicto armado<br />
directo con el poderío militar <strong>del</strong> bloque soviético.<br />
Los dos ”tanteos” más serios en el curso de la ”guerra fría”, los que dieron al mundo la impresión<br />
de estar al borde de un conflicto mayor, fueron la <strong>crisis</strong> de Berlín y la guerra. de Corea. En realidad,<br />
ambos pusieron de manifiesto la firme determinación de ambas superpotencias, tanto de conservar<br />
las posiciones conquistadas en la segunda guerra mundial como de no intentar modificarlas<br />
recurriendo al conflicto armado entre ellas. A las medidas americanas para integrar Alemania<br />
occidental en el bloque politicomilitar constituido con el Pacto Atlántico, Stalin respondió con el<br />
bloqueo de la zona oeste de Berlín. El general Clay propuso forzar el paso con un convoy armado<br />
pero en Wáshington decidieron evitar toda medida que pudiera provocar un conflicto bélico y se<br />
limitaron a organizar el abastecimiento de ”su” Berlín con el famoso puente aéreo. <strong>La</strong>s autoridades<br />
soviéticas no tomaron ninguna medida militar para impedirlo. En un primer momento consideraron<br />
que el abastecimiento de la zona adversa no podría ser asegurado por ese procedimiento. Cuando al<br />
cabo de unos meses comprobaron el éxito <strong>del</strong> intento prefirieron negociar. El bloqueo fue suprimido<br />
en mayo de 1949(18). El ”tanteo” de la relación de fuerzas en el ”frente europeo” terminó en<br />
empate.<br />
El segundo conflicto mayor – el más grave – de la ”guerra fría”, fue el de Corea. Todavía no es<br />
posible saber con plena seguridad quién tomó la iniciativa de las hostilidades(19). <strong>La</strong>s fuerzas<br />
militares soviéticas y americanas se habían retirado <strong>del</strong> país hacía más de un año, quedando sólo<br />
equipos de consejeros e instructores, pero es evidente que Wáshington controlaba el régimen<br />
reaccionario de Syngman Rhee, al sur <strong>del</strong> 38 paralelo, mientras Moscú tenía la última palabra en las<br />
decisiones <strong>del</strong> régimen revolucionario instaurado en el norte. De ser cierto – parece lo más probable<br />
a juzgar por todos los datos disponibles – que los nordistas tomaron la iniciativa, la decisión estaba<br />
perfectamente justificada desde un punto de vista revolucionario y nacional. Y el fulminante avance<br />
<strong>del</strong> ejército popular hasta la punta sur de la península puso de manifiesto la debilidad <strong>del</strong> gobierno<br />
tutelado por los americanos. Aun suponiendo que la primera ”provocación” en la línea divisoria<br />
fuera de los sudistas, la respuesta fulminante y masiva de los nordistas, todo el desarrollo de su<br />
ofensiva, evidenció que la decisión de liberar el sur por las armas había sido tomada con bastante<br />
antelación y la operación cuidadosamente preparada. Lo que no hubiera sido posible sin el acuerdo<br />
y la colaboración de Moscú. Mientras pruebas documentales no demuestren otra cosa la hipótesis<br />
que parece más plausible es la de que Stalin decidió explorar las fuerzas y disposiciones americanas<br />
en el área <strong>del</strong> Extremo Oriente soviético, sirviéndose de la legítima aspiración de las fuerzas<br />
revolucionarias coreanas a unificar el país. Posiblemente se propuso poner a prueba declaraciones<br />
oficiales americanas, según las cuales el sur de Corea no estaba incluido en el ”perímetro<br />
defensivo” de los Estados Unidos(20) Pero en cuanto Wáshington decidió intervenir, e impuso<br />
además la intervención de las Naciones Unidas a favor de las fuerzas sudistas, la posición <strong>del</strong><br />
Kremlin se hizo extremadamente prudente. Ni siquiera proporcionó apoyo aéreo a las fuerzas<br />
nordistas, que fueron derrotadas gracias sobre todo a la aviación y la flota americanas. De acuerdo,<br />
indudablemente, con Moscú, el gobierno de Mao hizo saber que sólo intervendría en el caso de que<br />
las tropas de MacArthur rebasaran el 38 paralelo, lo cual equivalía a proponer la solución <strong>del</strong><br />
conflicto sobre la base de la vuelta al statu quo anterior. Pero entonces fue Wáshington quien se<br />
propuso tantear las fuerzas y disposiciones soviéticas, y arrancó de la ONU la decisión de proseguir<br />
el avance hacia la frontera chinocoreana. <strong>La</strong> intervención de los ”voluntarios” chinos llevó de nuevo<br />
las operaciones al sur <strong>del</strong> 38 paralelo y puso al borde <strong>del</strong> desastre al ejército <strong>del</strong> fanfarrón<br />
MacArthur. Este propuso lanzar bombas atómicas sobre Manchuria, y Moscú hizo saber que si se<br />
bombardeaba Manchuria entrarían en acción las fuerzas soviéticas. Wáshington destituyó a<br />
MacArthur pese a su aureola ante la opinión pública norteamericana de héroe de la campaña <strong>del</strong><br />
Pacífico. Y Moscú no proporcionó a la infantería china el apoyo aéreo que hubiese permitido arrojar<br />
al mar a las tropas <strong>del</strong> imperialismo. Estas pudieron rehacerse y llegar de nuevo al 38 paralelo. El<br />
10 de julio de 1951 se iniciaban las conversaciones para llegar a un armisticio. Transcurrieron aún