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La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv

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sostener a Polonia, y de votar los créditos militares demandados por el gobierno para una eventual<br />

intervención en favor de los polacos, el partido declara que ”la Polonia de los terratenientes no<br />

merecía ser sostenida”, y ensalza la ocupación de su parte oriental por el ejército soviético. Justifica<br />

también la ocupación de los países bálticos por la URSS. Ambos hechos podía haberlos explicado<br />

como medidas militares de signo antialemán, pero la dirección <strong>del</strong> hace suya la versión<br />

mistificadora que da la diplomacia soviética. Cuando Mólotov presenta a Francia e Inglaterra como<br />

las potencias agresoras y a Alemania animada de intenciones pacíficas, el partido hace suya esta<br />

posición, que además de falsear burdamente la realidad, es suicida en las condiciones francesas. En<br />

una palabra, el partido <strong>comunista</strong> sirve en bandeja a la reacción los argumentos ideales para<br />

presentarlo como partido de la traición nacional. <strong>La</strong> burguesía francesa puede así matar dos pájaros<br />

de un tiro: acentuar el aislamiento de los <strong>comunista</strong>s, lo que facilita la represión, y disimular su<br />

propia política de capitulación. Consumados el desastre nacional y la ocupación, el partido persiste<br />

en la misma política; se dedica a atacar Vichy, pero no toma en sus manos la bandera de la<br />

liberación nacional, no organiza la guerra nacional revolucionaria y antifascista como hacen los<br />

<strong>comunista</strong>s yugoslavos y griegos. Deja la bandera de la liberación nacional en manos de<br />

representantes típicos <strong>del</strong> nacionalismo burgués, como de Gaulle. En definitiva, el ciego seguidismo<br />

que el Partido Comunista francés observa respecto a la política de Moscú, en el periodo <strong>del</strong> pacto<br />

germanosoviético, le causó tres graves perjuicios: en primer lugar, le impidió capitalizar desde el<br />

primer día la bancarrota <strong>del</strong> Estado francés, utilizar a fondo el resorte nacional en una perspectiva<br />

revolucionaria; en segundo lugar, hizo posible que la iniciativa de la lucha por la liberación nacional<br />

cayera en manos de los nacionalistas burgueses; en tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior,<br />

la represión contra el partido se vio facilitada(12).<br />

Es importante mencionar que en este periodo el partido plantea, como salida a la <strong>crisis</strong> sin<br />

precedentes de la Francia burguesa, la única solución que un partido revolucionario podía<br />

proponerse: la revolución socialista. En el documento programático titulado ”Por la salvación <strong>del</strong><br />

pueblo francés”, difundido en marzo de 1941, se dice que a través de las luchas parciales se<br />

preparan ”las grandes batallas sociales de las que saldrá la República popular, la Francia nueva, la<br />

Francia desembarazada de la explotación capitalista, la Francia socialista, en la que habrá para todos<br />

pan, libertad y paz”. Pero hablar de revolución socialista, en la Francia ocupada por el ejército<br />

hitleriano, sin llamar a la guerra de liberación, no tenía sentido. Sin embargo el partido insinúa la<br />

posibilidad de un ”gobierno <strong>del</strong> pueblo” salido de la sola lucha contra el Estado vichista. El<br />

documento, en efecto, sin decir palabra sobre la organización de la lucha armada contra el ocupante,<br />

llama a los obreros, campesinos, capas medias, intelectuales, etc., a ”consagrar todas sus fuerzas” a<br />

”la organización metódica de un vasto frente de lucha para preparar la acción de cada día, los<br />

movimientos de masa que barrerán la camarilla capitalista de Vichy y dejarán plaza al pueblo, al<br />

gobierno <strong>del</strong> pueblo”. <strong>La</strong> independencia nacional sería negociada después por este gobierno, como<br />

se deduce <strong>del</strong> punto 1 <strong>del</strong> programa incluido en el documento: ”Liberación nacional y de los<br />

prisioneros de guerra. Para llevar a cabo esta tarea el gobierno <strong>del</strong> pueblo hará todo lo necesario<br />

para establecer relaciones pacíficas con todos los pueblos; se apoyará en la potencia que le<br />

conferirán la confianza <strong>del</strong> pueblo francés, la simpatía de otros pueblos y la amistad de la Unión<br />

Soviética”. El punto 2 dice así: ”Establecimiento de relaciones fraternales entre el pueblo francés y<br />

el pueblo alemán, recordando la acción realizada por los <strong>comunista</strong>s y el pueblo francés contra el<br />

tratado de Versalles, contra la ocupación de la cuenca <strong>del</strong> Ruhr, contra la opresión de un pueblo por<br />

otro pueblo”. Y el documento no dice una palabra de que para establecer tales ”relaciones<br />

fraternales” sea necesario el derrocamiento de la dictadura hitleriana. ¿Qué sentido podía tener esta<br />

política, salvo en la hipótesis de un arreglo global duradero entre la Alemania hitleriana, en ese<br />

momento dueña de Europa, y la Unión Soviética? ¿No estaba semejante posición <strong>del</strong> PCF en<br />

estrecha conexión con los intentos que el gobierno soviético hacía en ese periodo para consolidar su<br />

entendimiento con la Alemania de Hitler, como sostienen, según vimos, historiadores soviéticos?<br />

Conviene precisar que el documento había sido elaborado en la Unión Soviética por Maurice<br />

Thorez(13).

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