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La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv

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contribución de la ”población adulta” de la Unión Soviética, China y democracias populares, se<br />

llegó en esta ocasión a 600 millones de firmas.<br />

Durante cinco años (1948-1952), los congresos (nacionales y mundiales) por la paz; las<br />

conferencias, asambleas, mítines, festivales, por la paz; los llamamientos, peticiones, resoluciones,<br />

por la paz; los cientos de millones de firmas por la paz (siempre las mismas), se sucedieron<br />

ininterrumpidamente, bajo el combativo lema, adoptado por el segundo Congreso: ”¡<strong>La</strong> paz no se<br />

espera, se conquista!”. Se conquista por la firma. El gran ejército mundial de colectores de firmas<br />

marchó de victoria en victoria, guiado por el infalible timonel de la paz, cuyo papel histórico en esta<br />

noble cruzada quedó inmortalizado plásticamente por el pintor Bielopolski: sobre un fondo de<br />

muchedumbres se ergía la figura de Stalin, en una mano la Pluma y en la otra el Llamamiento de<br />

Estocolmo, mostrando a la humanidad el camino de la paz sólida y duradera: la firma(6).<br />

”El actual movimiento por la paz – planteó Stalin – se propone movilizar a las masas populares en<br />

la lucha por la conservación de la paz, por conjurar una nueva guerra mundial. Por consiguiente, no<br />

tiende a derrocar el capitalismo y a instaurar el socialismo: se limita a fines democráticos de lucha<br />

por el mantenimiento de la paz. El actual movimiento por la conservación de la paz se distingue <strong>del</strong><br />

que existió en el periodo de la primera guerra mundial, el cual, orientado a transformar la guerra<br />

imperialista en guerra civil, iba más lejos y perseguía objetivos socialistas.”(7) Acatando la línea<br />

estaliniana, a fin de secundar incondicionalmente a la diplomacia soviética, los partidos <strong>comunista</strong>s<br />

se habían embarcado, en efecto en una acción típicamente pacifista, que excluía no sólo los<br />

objetivos socialistas sino incluso los antimperialistas. Los dirigentes de los principales partidos<br />

<strong>comunista</strong>s de América latina, por ejemplo, se opusieron a que el problema de la independencia<br />

nacional fuese planteado netamente en el seno <strong>del</strong> movimiento por la paz(8). Aplicaban la directiva<br />

dada por Suslov (que después de la muerte de Zdanov había sido responsabilizado en el Buró<br />

Político <strong>del</strong> Partido Comunista soviético de la dirección operativa <strong>del</strong> movimiento <strong>comunista</strong><br />

internacional) en la reunión <strong>del</strong> Kominform de noviembre de 1949: ”Toda la actividad de los<br />

partidos <strong>comunista</strong>s debe subordinarse a esta tarea central: asegurar una paz sólida y duradera.”(9)<br />

En el PCF esa ”subordinación” se tradujo, por ejemplo, 1 en el ”programa de salvación nacional”<br />

adoptado por el XII Congreso <strong>del</strong> partido (abril de 1950). No sólo la cuestión de la alternativa<br />

socialista estaba ausente, incluso como perspectiva lejana: se abandonaba también el programa de<br />

nacionalizaciones y otras reformas democráticas aireadas hasta 1947. El PCF llamaba a constituir<br />

un ”frente unido de la paz” en el que pudieran participar ”los patriotas de todas las opiniones<br />

políticas”(10). En el VII Congreso <strong>del</strong> Partido Comunista italiano, Togliatti planteó que ”el pro-<br />

blema de la paz [...] se ha convertido en el más importante de todos, y de él depende la solución de<br />

todos los demás”, y por esta razón ”el partido <strong>comunista</strong>, el más fuerte partido de oposición al<br />

actual gobierno de la burguesía italiana, está dispuesto a renunciar a la oposición, tanto en el<br />

parlamento como en la calle, ante otro gobierno que modifique radicalmente la política exterior de<br />

Italia, substrayendo el país a las obligaciones que lo arrastran inevitablemente a la guerra”. Togliatti<br />

subrayó los efectos benéficos que tal solución tendría en el orden interno, porque llevaría a ”la<br />

distensión de las relaciones entre los diversos grupos políticos y sociales”, y permitiría reemprender<br />

la política de unión nacional. ”Los elementos fundamentales de la política que propusimos al país al<br />

terminar la guerra – declaró el jefe <strong>del</strong> PCI – siguen vigentes, aunque las condiciones políticas<br />

hayan cambiado.” A diferencia de Thorez, Togliatti no eludió la referencia a la perspectiva<br />

socialista, pero fue para asegurar que la vía a la que propone volver ”llevará gradualmente a la<br />

transformación profunda de la estructura económica”, y por eso los objetivos socialistas <strong>del</strong> PCI ”no<br />

son inconciliables con la propuesta de renunciar a la oposición ante un gobierno que practique una<br />

política de paz”.<br />

”Para ser más preciso y concreto – agregó Togliatti – afirmo que existe ya una plataforma política para un<br />

movimiento de defensa de la paz y de transformación de las estructuras económicas y sociales, como el<br />

que nosotros concebimos y <strong>del</strong> que depende, a nuestro juicio, el bienestar de Italia. Esta plataforma es la<br />

Constitución de la República italiana.”(11)

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