La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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dos años hasta concluir un acuerdo, durante los cuales prosiguió esta extraña guerra sin que ninguno<br />
de los contendientes se propusiera ganarla. Resumiendo, el tanteo de la relación de fuerzas entre los<br />
dos bloques en el ”frente asiático” terminó también con un empate, como en el ”frente europeo”. Su<br />
precio fue de casi dos millones y medio de muertos y heridos, de los cuales cerca de un millón de<br />
chinos y un millón de coreanos.<br />
En la segunda mitad de 1951 y a lo largo de 1952 las dos superpotencias comenzaron a hacerse una<br />
idea clara de las fuerzas y disposiciones respectivas, <strong>del</strong> nuevo equilibrio mundial que se había<br />
creado. Equilibrio militar, en primer lugar. Los americanos veían acrecentado su poder de<br />
”disuasión” con la fabricación de la bomba de hidrógeno, pero ya no tenían el monopolio atómico y<br />
era evidente que los soviéticos no tardarían en disponer también de la bomba H. Por otra parte, la<br />
entrada en escena de la República popular china aumentaba considerablemente la superioridad <strong>del</strong><br />
bloque soviético en fuerzas militares convencionales. Equilibrio político, en segundo lugar. <strong>La</strong>s<br />
zonas de influencia consideradas vitales por cada una de las dos superpotencias estaban<br />
políticamente aseguradas. Dos Europas, dos Alemanias. Ningún peligro revolucionario inmediato<br />
para el capitalismo europeo occidental, que iniciaba un nuevo desarrollo con ayuda <strong>del</strong> ”fracasado”<br />
plan Marshall. Y en el glacis toda oposición a la hegemonía soviética parecía yugulada. <strong>La</strong> ”guerra<br />
fría” contra la herejía yugoslava había fracasado totalmente y a Moscú no le quedaba otra solución<br />
que adaptarse al hecho consumado. Quedaba el mundo colonial, en plena efervescencia, pero allí<br />
los intereses de ambas superpotencias no se afrontaban aún directamente. Era la hora de la<br />
negociación. En abril de 1952 Stalin declaró que el peligro de guerra había disminuido y podría ser<br />
útil un encuentro de los jefes de las grandes potencias(21). En septiembre planteó que las<br />
contradicciones entre los países capitalistas eran ”prácticamente” más fuertes que las<br />
contradicciones entre el campo <strong>del</strong> socialismo y el <strong>del</strong> capitalismo; la perspectiva de guerras entre<br />
los países capitalistas más probable que la de una guerra de los países capitalistas contra los<br />
socialistas(22). En diciembre se mostró favorable a la idea de una negociación con la nueva<br />
administración americana (Eisenhower acababa de ser elegido presidente)(23). De la ”guerra fría”<br />
se estaba pasando a la ”coexistencia pacífica”. <strong>La</strong> muerte de Stalin y el relevo en la presidencia<br />
americana aceleraron este proceso pero no fueron la causa esencial. Aunque es indudable que los<br />
serios problemas internos creados a los jefes soviéticos por la muerte de Stalin pesaron<br />
considerablemente en el giro tomado por la política exterior <strong>del</strong> Kremlin a partir de 1953, el cual –<br />
siguiendo la tradición – determinó un nuevo viraje en la línea general <strong>del</strong> movimiento <strong>comunista</strong>.<br />
Balance <strong>del</strong> periodo kominformiano<br />
Después <strong>del</strong> XX Congreso la actividad <strong>del</strong> Kominform comenzó a ser objeto de críticas en el<br />
movimiento <strong>comunista</strong>. Siguiendo la norma tradicional no hubo discusión alguna sobre el<br />
problema, pero en documentos de los partidos, declaraciones de los dirigentes, trabajos de historia,<br />
se formularon apreciaciones reprobatorias, que pueden resumirse en la siguiente, tomada de fuente<br />
soviética autorizada:<br />
”En la actividad <strong>del</strong> Kominform se manifestaron muy rápidamente tendencias negativas. Bajo la<br />
influencia de los planteamientos dogmáticos de Stalin sobre el carácter de nuestra época, sobre los<br />
problemas de la paz, la guerra y la revolución, sobre las relaciones entre <strong>comunista</strong>s y socialdemócratas,<br />
sobre el papel de la burguesía nacional, etc, diversos partidos estereotiparon su táctica, cometiendo en<br />
ocasiones serios errores en la dirección de la construcción socialista en los países de democracia popular,<br />
o en la dirección <strong>del</strong> movimiento obrero y <strong>del</strong> movimiento de liberación nacional. <strong>La</strong> política de diktat y<br />
arbitrariedad, propia <strong>del</strong> culto de la personalidad, atentó a los principios marxistas-leninistas de las<br />
relaciones entre los partidos <strong>comunista</strong>s, ocasionó serios perjuicios a todo el movimiento <strong>comunista</strong>,<br />
frenó la elaboración creadora de los problemas actuales <strong>del</strong> movimiento obrero internacional y <strong>del</strong><br />
movimiento de liberación nacional, aisló a los partidos <strong>comunista</strong>s de las masas trabajadoras.”(24)<br />
Los supuestos teóricos y políticos implícitos en esta crítica tienen poco que ver con los de nuestro<br />
análisis(25). Pero el solo hecho de haber sido formulada públicamente es reveladora de las<br />
proporciones que tuvo la regresión de la gran mayoría de los partidos <strong>comunista</strong>s en el periodo <strong>del</strong><br />
Kominform.