La crisis del movimento comunista - Marxistarkiv
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”unión nacional” habría desembocado, muy probablemente, en otra matanza de <strong>comunista</strong>s. Uno de<br />
los méritos históricos de Mao y sus camaradas es la total Iucidez que revelan a este respecto, como<br />
prueban los documentos de la época. Tanto en el periodo que precede inmediatamente a la<br />
capitulación <strong>del</strong> Japón como en el que le sigue, Mao no se hace ninguna ilusión: considera<br />
ineluctable la guerra civil y prepara al partido para afrontarla. En su informe ante el VII Congreso<br />
<strong>del</strong> PCC, dos meses antes de la capitulación <strong>del</strong> Japón, plantea:<br />
”Hasta hoy, el núcleo principal de la, camarilla que reina en el Kuomintang ha aplicado obstinadamente la<br />
línea reaccionaria encaminada a conservar el régimen de dictadura y a desencadenar la guerra civil.<br />
Existen numerosos signos de que esta camarilla se ha preparado desde hace tiempo, y se prepara más que<br />
nunca, a desencadenar la guerra civil en cuanto una parte de la China continental sea liberada de los<br />
invasores nipones por las tropas de una de las potencias aliadas. Al mismo tiempo, esa camarilla espera<br />
que los generales de ciertas potencias aliadas desempeñen en China el mismo papel que el general inglés<br />
Scobie en Grecia.”(23)<br />
Más a<strong>del</strong>ante recuerda la experiencia de 1927:<br />
”En 1944, el gobierno <strong>del</strong> Kuomintang ha expresado su ’deseo’ de que los <strong>comunista</strong>s ’disuelvan en un<br />
plazo determinado’ los cuatro quintos de sus fuerzas armadas en las regiones liberadas. Y en 1945, en el<br />
curso de las últimas conversaciones, ha exigido, incluso, que los <strong>comunista</strong>s le entregen la totalidad de las<br />
tropas de las regiones liberadas, prometiendo que inmediatamente después el partido <strong>comunista</strong> sería<br />
’legalizado’.<br />
Esas gentes dicen a los <strong>comunista</strong>s: ’Entregadnos vuestras tropas y os concedemos la libertad.’ Se deduce<br />
de esta teoría que los partidos y grupos privados de tropas deberían gozar de libertad. Pero en 1924-1927<br />
el partido <strong>comunista</strong> no tenía más que un puñado, y en cuanto el gobierno kuomintaniano comenzó a<br />
aplicar su política de ’depuración <strong>del</strong> partido’ y de represión sangrienta, no quedó la menor huella de<br />
libertad.”(24)<br />
Y Mao termina su intervención de clausura <strong>del</strong> Congreso con estas palabras:<br />
”Dos congresos se desarrollan actualmente en China: el VI Congreso <strong>del</strong> Kuomintang y el VII Congreso<br />
<strong>del</strong> Partido Comunista chino. Los objetivos de estos dos congresos son absolutamente diferentes: uno<br />
aspira a aniquilar el partido <strong>comunista</strong> y las fuerzas democráticas de China, a precipitar China en las<br />
tinieblas; el otro aspira a aplastar el imperialismo nipón y sus cómplices, las fuerzas feudales de China; a<br />
edificar la China de la nueva democracia.”(25)<br />
Inmediatamente después de las negociaciones de septiembre, Mao plantea en una reunión de<br />
cuadros <strong>del</strong> partido:<br />
”Es seguro que fracasarán las negociaciones entre el Kuomintang y el partido <strong>comunista</strong>, es seguro que<br />
habrá ruptura, que nos batiremos”, pero, agrega, las negociaciones son necesarias para ”demoler las<br />
mentiras <strong>del</strong> Kuomintang, según las cuales el partido <strong>comunista</strong> no quiere la paz ni la unión.”(26)<br />
El espectro de un ”titismo chino”<br />
Los maoístas no han revelado todavía la historia de la lucha interna en el partido durante esos años.<br />
A través de los textos actualmente conocidos, como el documento de abril de 1946 que hemos<br />
citado en otro lugar(27), se trasluce que algunos cuadros importantes <strong>del</strong> PCC sostenían la solución<br />
preconizada por Stalin: llegar a toda costa a un modus vivendi con Chiang Kai-chek. <strong>La</strong> guerra<br />
revolucionaria les parecía condenada al fracaso desde el momento en que el Kremlin se orientaba a<br />
un compromiso con los Estados Unidos. Parece probable que la presión de Stalin sobre la dirección<br />
<strong>del</strong> PCC en el sentido indicado persistió, por lo menos, hasta finales de 1946 o comienzos de 1947.<br />
En diciembre de 1946, Stalin declaraba al hijo de Roosevelt que el gobierno soviético estaba<br />
dipuesto a ”proseguir una política común con los Estados Unidos en las cuestiones <strong>del</strong> Extremo<br />
Oriente”(28). Durante 1945 y 1946 la prensa soviética y la de los partidos <strong>comunista</strong>s occidentales<br />
apenas publicaban informaciones sobre el ejército popular chino, las transformaciones<br />
revolucionarias en las regiones liberadas, etc. Se limitaban, por lo general, a denunciar el apoyo de<br />
”los círculos reaccionarios” norteamericanos a ”los círculos reaccionarios <strong>del</strong> Kuomintang”,<br />
presentando ese apoyo como el principal obstáculo a una solución de ”unión nacional”. Y como ya