13.05.2013 Views

hoy y mañana - DSpace CEU

hoy y mañana - DSpace CEU

hoy y mañana - DSpace CEU

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

al enseñar á Venancio la rotonda aromatizadora de su fábrica? Pues tan<br />

necesario como era al rico industrial pasar su cuerpo á través del perfume<br />

del agua de Colonia para no ir á su casa impregnado del carbón de<br />

piedra que respiraba todo el día en su fábrica, le es atravesar su alma<br />

por la atmósfera espiritista para descargarla un tanto del materialismo<br />

de los negocios.<br />

Y no creas que porque yo soy un espíritu te hablo de este modo, sino<br />

que todas las gentes de esta época te hablarán lo mismo, y acaso con más<br />

entusiasmo que yo, como verás en el cuadro presente.<br />

El edificio en que está situado el club es un verdadero palacio, fabricado,<br />

no por los espíritus impalpables, que no se ocupan de cosas tan<br />

materiales y groseras, sino por gente de carne y hueso, pagadas á buen<br />

precio por los grandes creyentes de la doctrina espiritista. Tampoco el<br />

lujo y la riqueza y la comodidad que se advierte en todas las partes interiores<br />

y exteriores de ese alcázar, ni menos la mesa redonda y la gran<br />

cocina y la no menos grande bodega que la sirven con profuso sibaritismo,<br />

han sido obra de los espíritus, que, exentos de vanidad y de necesidades,<br />

ni lucimos ni nos sentamos ni comemos, sino que todo ha sido dispuesto<br />

por los hombres, que para acordarse de nosotros y para creer en<br />

nuestra existencia han necesitado estar bien comidos, bien bebidos y<br />

bien descansados.<br />

Nosotros, que entramos y salimos á través de un muro de piedra sillería,<br />

no necesitamos puertas de palo santo ni criados con librea que nos<br />

alcen el tapiz de brocado; como no sentamos el pie en el suelo nos sobran<br />

las alfombras mullidas; y para tendernos en la atmósfera, formando con<br />

ella un todo homogéneo, tampoco necesitamos divanes confortables ni<br />

almohadones de viento.<br />

Todas esas riquezas y esas comodidades quedan al uso del que las ha<br />

de menester, y por eso las tienen para sí el fabricante del agua de Colonia<br />

y sus consocios de club, que son también industriales y gentes de<br />

negocios, que maltratan de día su cuerpo y el de sus dependientes, para<br />

dar mal de comer á éstos á todas horas y regalarse ellos de noche con<br />

placeres sibaritas en palacios dignos del tiempo de Sardanápalo.<br />

Para llegar á este templo babilónico subieron Venancio y el fabricante<br />

en un pequeño carruaje, propiedad de este último, que flotaba en el<br />

espacio sobre la puerta del hotel; el cual carruaje consistía en una especie<br />

de balancín con dos grandes globos en los extremos; es decir, una de<br />

esas agujas que llevan <strong>hoy</strong> en el peinado las señoras, pero de un tamaño<br />

proporcionado al peso que habían de llevar por los aires.<br />

Venancio se estremeció, y aun me parece, no quisiera engañarme, que<br />

á espaldas del fabricante se santiguó, cuando un criado del hotel le en-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!