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hoy y mañana - DSpace CEU

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Así fué que, ni más ni menos que habría pagado una peseta ó dos por<br />

una carrera de los coches de HOY, echó mano al bolsillo, y enterado de la<br />

tarifa que le presentó el hipogrifo conductor del vehículo, abonó por<br />

milímetros cúbicos de aire el precio de la travesía y entró en el hotel.<br />

Las habitaciones de este establecimiento se alquilaban al minuto, es<br />

decir, por horas, medias horas, cuartos, etc., y Safo, que era la más experimentada<br />

ó la más entendida en el asunto, pidió desde luego un gabinete<br />

de conversación y una plaza para la doncella en el almacén de servicios<br />

domésticos.<br />

Y así como se vieron solos el hidalgo extremeño, la filósofa socialista,<br />

el conductor de las calabazas y la novia burlada, tomaron asiento todos<br />

en derredor de una mesa, sobre la cual extendió bien pronto el embajador<br />

lapón los estatutos reformados del Hogar Cosmopolita, y con un lapicero<br />

entre los dedos de la mano derecha, se dirigió á Norma y le dijo:<br />

—Cuando gustéis.<br />

—Podéis entenderos con el señor—repuso Norma señalando á Venancio.—Nadie<br />

mejor que este caballero—añadió—podrá fijar la indemnización<br />

que se me debe, porque sabe de sobra los grandes perjuicios que se<br />

me siguen, por las brillantes proporciones que he tenido para casarme<br />

después que me comprometí con el folletinista, vuestro poderdante.<br />

—¡Yo!—exclamó Venancio sorprendido.<br />

Norma y Safo le guiñaron el ojo á un mismo tiempo para que apoyara<br />

lo que la primera decía, y movido por el amor, nada más que por el<br />

amor, se apresuró á decir:<br />

—Efectivamente que yo, sabiendo los grandes partidos á que esta señorita<br />

ha renunciado por ser fiel y constante en el amor que había jurado<br />

á ese caballero, estoy indignado de la infame conducta de éste. Pues<br />

qué—añadió con entonación jurídica, ni más ni menos que si estuviera<br />

informando en los estrados de un tribunal,—¿así falta un hombre de honor<br />

á su palabra y á sus juramentos? ¿Ha pesado bien la parte contraria las<br />

terribles consecuencias que puede tener el rompimiento que propone?<br />

¿Por ventura hay nadie que pueda quebrantar un compromiso tan sagrado<br />

como el de que se trata por causas tan frivolas, tan livianas, tan pueriles,<br />

tan groseras, lo diré de una vez, señores, tan groseras como las de<br />

decir que ha encontrado otro enlace que le tiene más cuenta? ¡ Más cuenta!<br />

¡Ah, señores—exclamó tomando una entonación verdaderamente<br />

conmovedora y tierna,—cuando los afectos santos del corazón se arreglan<br />

por medio de la aritmética, no es difícil adivinar el resultado! Ese hombre<br />

es un monstruo. Yo le niego el derecho que cree tener para burlar la<br />

buena fe y la pasión de mi defendida. Yo en su nombre declaro<br />

El emisario lapón estaba con la boca abierta, sin entender una sola

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