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hoy y mañana - DSpace CEU

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ninguna lo sea, la coqueta que recibiese á su amante en el tocador mientras<br />

ella está falsificando su propio semblante.<br />

Y si al menos ya que la llevó al Madrid subterráneo la hubiera enseñado<br />

los grandes almacenes en que se bautizan los géneros que salen á<br />

la venta con el nombre, la patria y la edad que más convenga al comer<br />

ciante, ó á las grandes lagunas piscicultoras, donde nacen y crecen todos<br />

los pescados que van á la plaza como recién llegados del mar, ó las ollas<br />

de substancias alimenticias, que ora en forma líquida ó gaseosa reparten<br />

su amor nutritivo á tanto por decímetro cúbico y por medio de tubos y<br />

cañerías á propósito en todas las casas de la población, ya sería otra cosa.<br />

Ya se le podía perdonar que al enseñarle estas grandes cocinas, la hubiese<br />

iniciado en algunos de los secretos de esos caldos y esos vapores grasicntos,<br />

á cuya composición concurren carnes de todas clases y substancias<br />

de todo género. Y tampoco hubiera sido un gran disparate que, dirigiendo<br />

el rumbo hacia otra parte de Madrid, la hubiese enseñado otras cosas más<br />

propias de las aficiones naturales de una señora; como por ejemplo, el<br />

subterráneo de las modistas, en el que habría visto millones de manteletas,<br />

vestidos y otras prendas, clasificadas por orden de antigüedad para<br />

ir renaciendo de nuevo á tomar el rango de novedad entre los caprichos<br />

de la moda. Todo eso podría pasar, pero de ningún modo lo que hizo.<br />

El Madrid subterráneo encierra más filosofía de la que parece, y no es<br />

para visitado de prisa y corriendo, ni como un objeto de diversión, sino<br />

como un arsenal de estudios científicos y de enseñanzas importantísimas.<br />

Harto siento yo, lector, no estar despacio para enseñarte bien á fondo<br />

ese cuarto bajo de la corte; nuevo infierno de Dante, á cuya entrada no<br />

hay una percha en que dejar colgada la esperanza, pero donde no estaría<br />

de más un rótulo que dijera:<br />

El que quiera seguir creyendo, ya se puede ir marchando.

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