27.10.2012 Views

La Muerte de Lord Edgware

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¡Qué bien! —dijo Jenny palmoteando. Poirot la miró, riendo.<br />

—Quizá no sepa usted que el caballero a quien se acaba <strong>de</strong> referir, o sea, el<br />

capitán Ronald Marsh, ha sido <strong>de</strong>tenido.<br />

—¡Oh! Entonces mi noticia ha llegado tar<strong>de</strong>.<br />

—No, nunca es tar<strong>de</strong>; por lo menos para mí. Muchas gracias por todo,<br />

señorita.<br />

Jenny se levantó y volvió a reunirse con Bryan Martin.<br />

—Supongo que esto te hará dudar <strong>de</strong> tus i<strong>de</strong>as —le dije a Poirot.<br />

—Por el contrario, me hace afirmarme más en ellas —contestó.<br />

A pesar <strong>de</strong> sus afirmaciones, yo estaba convencido <strong>de</strong> que empezaba a<br />

<strong>de</strong>bilitarse su convicción.<br />

En los días que siguieron no volvió a mencionarse el caso <strong>Edgware</strong>. Si alguna<br />

vez hablaba yo <strong>de</strong> él, sólo recibía por contestación algún monosílabo. Parecía<br />

no interesarle en absoluto. Sin duda, se había visto obligado a <strong>de</strong>sechar las<br />

fantásticas i<strong>de</strong>as que pasaron por su cerebro y admitir que la primera había<br />

sido la real y que el verda<strong>de</strong>ro asesinó era Ronald Marsh. Pero como yo<br />

conocía muy bien a Poirot, sabía que antes <strong>de</strong> reconocer que se había<br />

equivocado prefería simular que ya no le interesaba el asunto.<br />

Yo interpreté así su actitud, y mi i<strong>de</strong>a parecía confirmada por los hechos,<br />

pues Poirot no se interesó por ninguno <strong>de</strong> los trámites judiciales que siguieron<br />

al crimen. En cambio, se ocupaba <strong>de</strong> otros asuntos, no mostrando, como ya he<br />

dicho, el menor interés por el caso <strong>Edgware</strong>.<br />

Quince días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> los sucesos narrados en el último capítulo me<br />

convencí <strong>de</strong> que la interpretación que daba yo a su actitud era completamente<br />

equivocada.<br />

Era la hora <strong>de</strong>l almuerzo. Como siempre, la correspon<strong>de</strong>ncia se amontonaba<br />

ante Poirot. Fue mirando las cartas una tras otra, y <strong>de</strong> pronto lanzó una<br />

exclamación <strong>de</strong> alegría, al mismo tiempo que separaba <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más cartas<br />

una con sellos norteamericanos.<br />

<strong>La</strong> abrió con una pequeña plega<strong>de</strong>ra Le miré con interés al verle mostrar<br />

tanta alegría. Había una carta y un anexo.<br />

Poirot la leyó dos veces, me miró y dijo:<br />

—¿Quieres hacer el favor <strong>de</strong> mirar esto, Hastings? Yo cogí el papel, que<br />

<strong>de</strong>cía lo siguiente:

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!