27.10.2012 Views

La Muerte de Lord Edgware

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—El día antes <strong>de</strong> ser asesinado mi padre vino usted a verle —dijo Geraldine,<br />

tras dudar un momento.<br />

—Sí, señorita<br />

—¿Por qué le hizo venir?<br />

Poirot no respondió en seguida Durante unos instantes pareció reflexionar.<br />

Sin duda, aquella actitud fue una calculada habilidad suya para aguijonearla y<br />

hacerla hablar, pues había advertido en ella un temperamento impaciente.<br />

—¿Temía algo mi padre? Dígamelo en seguida, quiero saberlo. ¿Qué temía?<br />

¿Qué fue lo que le dijo? ¡Oh! ¿Por qué no habla usted, monsieur Poirot?<br />

Pensé que su aparente sangre fría era estudiada; las palabras habían salido<br />

<strong>de</strong>masiado <strong>de</strong>prisa <strong>de</strong> sus labios.<br />

Geraldine se inclinó hacia a<strong>de</strong>lante con cierta ansiedad. Sus manos se<br />

estrujaban en el regazo.<br />

—Cuanto hablamos lord <strong>Edgware</strong> y yo fue en tono confi<strong>de</strong>ncial, señorita —<br />

dijo Poirot lentamente, sin apartar sus ojos <strong>de</strong>l rostro <strong>de</strong> la joven.<br />

—Entonces es que trataba..., vamos..., quiero <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>be estar<br />

relacionado con la familia. ¡Por favor, no me torture más! ¿Por qué no me lo<br />

dice? Es necesario que yo lo sepa. ¡Oh, sí, es necesario, se lo aseguro!<br />

De nuevo Poirot movió lentamente la cabeza; parecía presa <strong>de</strong> gran<br />

perplejidad.<br />

—Monsieur Poirot —dijo la muchacha, acercándose a él—, soy su hija,<br />

¿compren<strong>de</strong>? Tengo <strong>de</strong>recho a saber lo que temía mi padre en el último día <strong>de</strong><br />

su vida. No es justo <strong>de</strong>jarme en tinieblas.<br />

—¿Siempre ha querido usted tanto a su padre? —preguntó Poirot<br />

gentilmente.<br />

Ella se levantó como si la hubiesen pinchado.<br />

—Le adoraba —murmuró—, le adoraba. Yo..., yo...<br />

De pronto, el esfuerzo que hacía para dominarse <strong>de</strong>sapareció. <strong>La</strong>nzó una<br />

carcajada, y <strong>de</strong>jándose caer en la silla, rió largamente.<br />

—¡Es tan cómico! —dijo con voz entrecortada—. ¡Es tan cómico que usted<br />

me pregunte eso a mí!<br />

<strong>La</strong> histérica risa no pasó inadvertida para los <strong>de</strong> la casa, pues se abrió la<br />

puerta y entró miss Carroll.<br />

—¡Vamos, Geraldine, vamos! Cálmate, cálmate. ¡Vaya, basta ya! ¡Te lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!