27.10.2012 Views

La Muerte de Lord Edgware

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

inesperada, que, como ya lo <strong>de</strong>biste notar, <strong>de</strong>sconcertó mucho a nuestro<br />

caballero. Por lo visto, ya no te fijas en nada, Hastings.<br />

—Yo creí que el asombro y el horror que <strong>de</strong>mostró al oír que Charlotte Adams<br />

había muerto eran reales. Supongo que tú quieres <strong>de</strong>cir que fue una hábil<br />

maniobra suya.<br />

—Eso no se pue<strong>de</strong> afirmar. Convengo en que parecía verda<strong>de</strong>ro.<br />

—¿Por qué motivos crees tú, pues, que nos metió en la cabeza todas esas<br />

cosas? ¿Lo hizo sólo por divertirse?<br />

—Es posible. Vosotros, los ingleses, tenéis una i<strong>de</strong>a muy rara <strong>de</strong>l humor.<br />

Pero pue<strong>de</strong> también haber sido habilidad o diplomacia. Los hechos que se<br />

ocultan adquieren un gran valor; en cambio, a los que se explican claramente<br />

se les conce<strong>de</strong> menos importancia <strong>de</strong> la que tienen en realidad.<br />

—<strong>La</strong> riña con su tío aquella misma mañana, por ejemplo, ¿verdad?<br />

—Eso es. Él sabe que ese hecho está a punto <strong>de</strong> saberse. Eh bien, lo cuenta<br />

sencillamente.<br />

—No es tan loco como parece.<br />

—No tiene nada <strong>de</strong> loco. Usa bien las células grises cuando tiene que<br />

hacerlo. Sabe perfectamente los pasos que <strong>de</strong>be dar y cuándo <strong>de</strong>be enseñar<br />

sus cartas, como te he dicho antes. Tú sabes jugar al bridge, ¿verdad,<br />

Hastings? Dime; ¿cuándo <strong>de</strong>be uno hacer eso?<br />

—Tú también juegas al bridge y sabes muy bien que se hace cuando se<br />

tienen todos los triunfos y no se quiere per<strong>de</strong>r tiempo, con el fin <strong>de</strong> jugar una<br />

nueva partida.<br />

—Sí, mon ami, eso es verdad; pero a veces hay otra razón, lo he advertido en<br />

una o dos ocasiones, jugando con dames. A lo mejor se presenta una pequeña<br />

duda. Eh bien, la dame tira los naipes sobre el tapete diciendo resueltamente:<br />

«Ahora todo lo <strong>de</strong>más es mío», y recoge las cartas y las baraja. Seguramente,<br />

los <strong>de</strong>más jugadores se conforman... particularmente si no tienen mucha<br />

experiencia. Cuando se ha empezado ya la otra partida, alguno <strong>de</strong> los<br />

jugadores piensa: «Me parece que con su juego no podía ganarme a mí. Sí, sí,<br />

no hay duda; mis triunfos mataban a todos los suyos.»<br />

—Entonces, ¿tú qué crees?<br />

—Pienso, Hastings, que tanta baladronada es muy interesante. Y pienso,<br />

a<strong>de</strong>más —añadió festivo—, que ya es hora <strong>de</strong> que cenemos. Une petite

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!