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La Muerte de Lord Edgware

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—Únicamente que nos diga usted si está completamente segura <strong>de</strong> que fue<br />

lady <strong>Edgware</strong> la que vino aquí anoche.<br />

—Es la tercera vez que me pregunta usted lo mismo y <strong>de</strong>bo confesarle que<br />

estoy segurísima. <strong>La</strong> vi con mis propios ojos.<br />

—¿En dón<strong>de</strong>?<br />

—En el vestíbulo. Habló con el mayordomo un minuto y luego entró en la<br />

biblioteca.<br />

—Y usted, ¿dón<strong>de</strong> estaba?<br />

—En el primer piso.<br />

—¿Está usted completamente segura <strong>de</strong> que no se equivoca?<br />

—Completamente. Distinguí muy bien su rostro.<br />

—¿No pue<strong>de</strong> usted confundirse por algún parecido?<br />

—¡Oh, no! Jane Wilkinson es inconfundible. Era ella. Japp echó una mirada a<br />

Poirot, como diciendo: «¿Lo ve usted?»<br />

—¿Tenía lord <strong>Edgware</strong> algún enemigo? —preguntó repentinamente Poirot.<br />

—¡Qué tontería! —rechazó miss Carroll.<br />

—¿A qué llama usted «tontería», señorita?<br />

—¡A lo <strong>de</strong> enemigos! <strong>La</strong> gente <strong>de</strong> hoy no tiene enemigos. Por lo menos la<br />

gente inglesa.<br />

—Sin embargo, han asesinado a lord <strong>Edgware</strong>.<br />

—Ha sido su mujer —dijo miss Carroll.<br />

—Y una mujer no es un enemigo, ¿verdad?<br />

—No es lógico que lo sea. Jamás he oído una cosa así; por lo menos, sería<br />

impropio <strong>de</strong> nuestro ambiente.<br />

Por lo visto, miss Carroll tenía la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que los crímenes sólo los cometían<br />

los borrachos y la plebe.<br />

—¿Cuántas llaves hay <strong>de</strong> la puerta <strong>de</strong> la calle?<br />

—Dos —dijo prontamente la secretaria—. <strong>Lord</strong> <strong>Edgware</strong> siempre llevaba una,<br />

la otra pendía <strong>de</strong> un clavo en el vestíbulo, para que si alguien salía y pensaba<br />

regresar tar<strong>de</strong> la cogiese. Había otra, a<strong>de</strong>más; pero el capitán Marsh la perdió.<br />

—¿Viene mucho por esta casa el capitán Marsh?<br />

—Vivió aquí hasta hace tres años.<br />

—¿Por qué se marchó? —preguntó Japp.<br />

—No lo sé; creo que no se llevaba bien con su tío.

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