Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—No; tomó una dosis excesiva <strong>de</strong> veronal.<br />
—¡Oh! ¡Pobre muchacha! ¡Qué cosa tan horrible!<br />
—N'est ce pas?<br />
—Lo siento mucho. ¡Tan bien como le iban los asuntos! Iba a hacer venir a su<br />
hermanita y tenía un sinfín <strong>de</strong> planes. ¡Qué pena! Lo siento mucho más <strong>de</strong> lo<br />
que puedo <strong>de</strong>cir.<br />
—Sí —dijo Poirot—; es terrible morir cuando se es joven, cuando menos se<br />
espera, cuando la vida se abre prometedora ante uno y se tiene todo lo<br />
necesario para vivir.<br />
Ronald le miró con curiosidad.<br />
—No le comprendo a usted, monsieur Poirot.<br />
—¿No? —Poirot se puso en pie y levantó la mano—. Expreso mis<br />
sentimientos un poco vehementemente quizá y es que no me gusta ver que a<br />
la juventud se la prive <strong>de</strong> su <strong>de</strong>recho a vivir, lord <strong>Edgware</strong>. Bueno; buenos días.<br />
—A..., adiós.<br />
Cuando abrí la puerta, estuve a punto <strong>de</strong> chocar con miss Carroll.<br />
—¡Ah! Monsieur Poirot, me han dicho que no se había marchado aún, y<br />
quisiera hablar con usted un momento. Si quiere usted subir a mi habitación...<br />
Se trata <strong>de</strong> esa muchacha, <strong>de</strong> Geraldine —dijo cuando entramos en su cuarto y<br />
hubo cerrado la puerta.<br />
—¡Ah! ¿Sí?<br />
—Ha dicho una sarta <strong>de</strong> tonterías esta tar<strong>de</strong>. No, no proteste, son tonterías;<br />
así califico yo sus palabras, puesto que, en realidad, no son otra cosa; es una<br />
chiquilla.<br />
—Me ha hecho el efecto <strong>de</strong> que ha sufrido mucho —dijo Poirot amablemente.<br />
—Sí, la verdad sea dicha; no ha tenido una vida muy feliz. Nadie dice que la<br />
haya tenido. Francamente, monsieur Poirot, lord <strong>Edgware</strong> era un tipo muy<br />
particular; no era el hombre a propósito para cuidarse <strong>de</strong> la educación <strong>de</strong> una<br />
niña, pues lo cierto es que aterrorizaba a Geraldine.<br />
—Sí; ya me imaginaba algo por el estilo —asintió Poirot.<br />
—Era muy extravagante. No sé qué placer sentía, pero gozaba viendo a<br />
cualquiera aterrorizado ante él. Parece como si, en realidad, encontrase en ello<br />
un placer morboso.<br />
—Comprendo.