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Jane Wilkinson la que entró en casa <strong>de</strong> lord <strong>Edgware</strong>, sino una mujer que se<br />
disfrazó y se hizo pasar por ella. ¿Fue esta mujer la que mató a lord <strong>Edgware</strong>?<br />
¿O bien entró otra persona en la casa y esta última fue la que le asesinó? De<br />
ser así, ¿cuándo entró? ¿Antes o <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la visita <strong>de</strong> la fingida lady<br />
<strong>Edgware</strong>? Si entró <strong>de</strong>spués, ¿qué dijo aquella mujer a lord <strong>Edgware</strong>? ¿Cómo<br />
explicó su presencia allí? Podía engañar al criado, que no la había visto nunca,<br />
y a la secretaria, que sólo la vio <strong>de</strong> lejos; pero no pue<strong>de</strong> creerse que lograse<br />
engañar al marido. Tal vez, cuando ella entró en la biblioteca, sólo encontró un<br />
cadáver, y entonces lord <strong>Edgware</strong> habría sido asesinado entre las nueve y las<br />
diez.<br />
—Por Dios, cállate, Poirot —grité—. Me estás volviendo loco. ¿Qué te hace<br />
sospechar tan endiablado complot?<br />
—Aún no puedo <strong>de</strong>cir nada, pero es indudable que alguien tenía algún motivo<br />
para <strong>de</strong>sear la muerte <strong>de</strong> lord <strong>Edgware</strong>. Está, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, el sobrino, que es<br />
su here<strong>de</strong>ro; y a pesar <strong>de</strong> las afirmaciones <strong>de</strong> miss Carroll, existe la posibilidad<br />
<strong>de</strong> algún enemigo. <strong>Lord</strong> <strong>Edgware</strong> me dio la sensación <strong>de</strong> ser uno <strong>de</strong> esos<br />
hombres que se crean enemigos con facilidad.<br />
—Sí, eso parecía —afirmé.<br />
—Quienquiera que fuese el asesino, <strong>de</strong>bió disfrazarse muy bien. Si Jane<br />
Wilkinson no llega a cambiar <strong>de</strong> parecer a última hora, le hubiese sido<br />
imposible probar su inocencia, la hubiesen arrestado y es muy poco probable<br />
que se librase <strong>de</strong> la horca.<br />
Me estremecí.<br />
—Hay una cosa que me <strong>de</strong>sconcierta —siguió Poirot—. El <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> culpar a<br />
Jane es claro. Entonces, ¿para qué telefonearla? Porque es indudable que<br />
alguien la telefoneó a Chiswick, y en cuanto se enteró <strong>de</strong> que estaba allí antes<br />
<strong>de</strong>... ¿De qué? A la hora en que telefonearon, todavía no había sido asesinado<br />
lord <strong>Edgware</strong>. <strong>La</strong> intención que guió esa llamada parece ser, no hay otra<br />
palabra para ella, beneficiosa. Lo indudable es que no fue el asesino, porque la<br />
intención <strong>de</strong> éste es claramente la <strong>de</strong> culpar a Jane. Entonces, ¿quién fue?<br />
—Quizá fue sólo una mera coinci<strong>de</strong>ncia —sugerí.<br />
—No, no es eso. Hace seis meses fue interceptada una carta. ¿Para qué?<br />
Hay en este asunto un montón <strong>de</strong> cosas inexplicables y que <strong>de</strong>ben tener algo<br />
<strong>de</strong> común entre ellas.