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«Monsieur Poirot: Me ha conmovido profundamente su amabilísima carta.<br />
¡Me sentía tan abrumada por todo! A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> mi terrible dolor, me he sentido<br />
afrentada por las cosas que se han insinuado respecto a Charlotte, la mejor <strong>de</strong><br />
las hermanas. No, monsieur Poirot; ella no tomaba drogas, estoy segura.<br />
Sentía un verda<strong>de</strong>ro horror por ellas. Se lo he oído <strong>de</strong>cir muchas veces. Si<br />
tomó parte en algo relacionado con la muerte <strong>de</strong> ese pobre hombre, fue<br />
ingenuamente; bien claro lo prueba su carta. Le envío adjunta dicha carta, que<br />
me escribió la pobre y que usted me pi<strong>de</strong>. Estoy segura <strong>de</strong> que la conservará<br />
usted y que me la enviará cuando ya no la necesite. Deseo que, como usted<br />
cree, le ayu<strong>de</strong> a <strong>de</strong>scubrir el misterio <strong>de</strong> su muerte.<br />
Me pregunta usted si Charlotte se refería en sus cartas a algún amigo en<br />
particular. En su correspon<strong>de</strong>ncia me hablaba <strong>de</strong> un sinfín <strong>de</strong> personas, pero<br />
no mencionaba a nadie especialmente. De los únicos que hablaba a menudo<br />
era <strong>de</strong> Bryan Martin, a quien conocía hacía muchos años; <strong>de</strong> una muchacha<br />
llamada Jenny Driver, y <strong>de</strong>l capitán Marsh.<br />
Quisiera po<strong>de</strong>r hacer algo por ayudarle, pues se muestra usted conmigo muy<br />
bondadoso y parece compren<strong>de</strong>r lo mucho que Charlotte y yo éramos la una<br />
para la otra.<br />
Suya, agra<strong>de</strong>cida,<br />
Lucy Adams.»<br />
«P. S.: Un policía acaba <strong>de</strong> venir a buscar esta misma carta. Le he dicho que<br />
se la había enviado a usted. Esto, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, todavía no era verdad, pero me<br />
ha parecido mejor que fuese usted el primero en verla. Parece ser que<br />
Scotland Yard la necesita como prueba contra el asesino. Haga el favor <strong>de</strong><br />
entregársela. Pero procure que se la <strong>de</strong>vuelvan cuando sea. Tenga en cuenta<br />
que son las últimas palabras que me dirigió Charlotte.»<br />
—¡Conque escribiste a Lucy Adams! —dije al <strong>de</strong>jar la carta sobre la mesa—.<br />
¿Por qué has hecho eso, Poirot? ¿Por qué has pedido el original <strong>de</strong> la carta?<br />
Estaba sacando el anexo que ya he mencionado.<br />
—En realidad no sabría <strong>de</strong>círtelo, Hastings; sólo porque podría, tal vez,<br />
explicar lo que para mí resulta inexplicable.<br />
—No sé qué podrás sacar <strong>de</strong>l contenido <strong>de</strong> esa carta. Charlotte misma se la<br />
entregó a la camarera para que la echase al correo. No pudo haber ninguna<br />
trampa en ella.