27.10.2012 Views

La Muerte de Lord Edgware

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

por su cerebro.<br />

—Ha sido una suerte que le viese a usted esta noche —dijo mientras nos<br />

dirigíamos al ascensor—. Parece mentira lo bien que me salen a mí las cosas.<br />

Estaba preocupada con lo que <strong>de</strong>bía hacer, y <strong>de</strong> repente le veo a usted en la<br />

mesa próxima y me digo: «Monsieur Poirot me aconsejará» —se <strong>de</strong>tuvo para<br />

<strong>de</strong>cir al encargado <strong>de</strong>l ascensor—: Segundo piso.<br />

—Si en algo puedo serle útil... —empezó Poirot.<br />

—Estoy segura <strong>de</strong> que usted pue<strong>de</strong> serme <strong>de</strong> gran utilidad; he oído <strong>de</strong>cir que<br />

usted es el hombre más maravilloso que existe. Yo creo que es el único que<br />

pue<strong>de</strong> sacarme <strong>de</strong>l enredo en que estoy.<br />

Llegamos al segundo piso, y siguiendo el corredor se <strong>de</strong>tuvo ante una <strong>de</strong> las<br />

habitaciones más lujosas <strong>de</strong>l Savoy.<br />

Abandonó sobre una <strong>de</strong> las sillas su blanco abrigo y se <strong>de</strong>jó caer en una<br />

butaca<br />

—¡Oh! —exclamó—, <strong>de</strong> una manera u otra quiero verme libre <strong>de</strong> mi marido.<br />

CAPITULO DOS<br />

UNA ESCENA<br />

Tras un momento <strong>de</strong> asombro, Poirot se recobró.<br />

—Pero, señora —dijo con ojos centelleantes—, librar a las esposas <strong>de</strong> sus<br />

maridos no es cosa que entre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> mi especialidad.<br />

—Des<strong>de</strong> luego, ya lo sé.<br />

—Lo que usted necesita es un abogado.<br />

—En eso se equivoca. Estoy más que harta <strong>de</strong> abogados. Me he confiado a<br />

un sinfín <strong>de</strong> ellos y ninguno me ha servido <strong>de</strong> nada. Los abogados sólo<br />

conocen la ley; pero, fuera <strong>de</strong> eso, no tienen el menor sentido común.<br />

—Por lo visto, usted cree que yo lo tengo.<br />

Ella se rió.<br />

—Des<strong>de</strong> luego.<br />

—Pues, señora, tendré todo el sentido común que usted quiera; pero, por lo<br />

mismo, su proposición no me interesa<br />

—No sé por qué no le ha <strong>de</strong> interesar. Al fin y al cabo, este caso es un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!