jóvenes, culturas urbanas y redes digitales - Artica – Centro Cultural ...
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Jóvenes, <strong>culturas</strong> <strong>urbanas</strong> y <strong>redes</strong> <strong>digitales</strong><br />
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Se enfrentan, salvo en contados casos, a una derrota anunciada. Producen poco para un<br />
puñado en un mercado desarticulado empeñado en impedir su circulación, al menos<br />
mientras no den el “single, bit hit” que menciona Angela McRobbie (2007), y que marca<br />
la diferencia entre mantenerse en el micromundo de trabajo agotador o lograr captar la<br />
atención de los circuitos globales clave (Ross 2009: 44).<br />
Confían en fortalecer un espacio público donde el libro siga desempeñando un papel<br />
destacado. Intentan construir públicos a pesar de la abrumadora evidencia en su contra.<br />
Y diseñan modelos lúdicos, desafi antes, para acercarse a ellos. Y siguen convencidos de<br />
la centralidad del impreso y de su vigencia.<br />
Y para que un proyecto de estas características, fi nancieramente inviable, orientado a<br />
aportar al procomún cultural, se sostenga, adoptan un modelo laboral fl exible, precarizado,<br />
de múltiples empleos inestables, sin benefi cios sociales, que, paradójicamente,<br />
son el sostén económico del proyecto editorial que sirve para darles identidad en un<br />
mundo marcado por la fragmentación de las biografías (Menger, 2006; Reguillo, 2010).<br />
La información recogida revela el papel signifi cativo, aunque marginal, de las emprendedurías<br />
editoriales juveniles en un mundo digital. Avanza un conocimiento aún inédito<br />
sobre sus vínculos con el sistema educativo y el mundo general de la cultura; cuáles son<br />
las fuerzas que lo están transformando y cuál es su presencia en nuestra escena pública.<br />
Aunque este panorama es más complicado de lo que parece a simple vista, debido a que<br />
las empresas editoriales cada vez más tienden a ocupar diferentes campos o interrelacionarse<br />
con actores distintos a los tradicionales, coincidimos con Thompson (2005: 7)<br />
en que, a pesar de las fronteras borrosas y el traslape de ámbitos, es posible entender y<br />
describir sus particularidades y sus formas de competencia.<br />
Deberíamos preguntarnos, como lo señala Joaquín Rodríguez, sobre los tiempos de<br />
cambio diferenciados, los contenidos editoriales que son sustituidos con más celeridad<br />
y aquellos que ‘resisten’ a la digitalización. Y si estas resistencias al cambio son simplemente<br />
el fruto de la obstinación de una industria timorata frente a las transformaciones,<br />
“temerosa de perder las certezas sobre las que se basa, o hay algún otro elemento<br />
más fundamental que no se haya tenido en cuenta y que esté afi anzado de tal manera<br />
en nuestra manera de percibir las cosas que desafíe la revolución digital”.<br />
También es importante profundizar en la comprensión de las dinámicas organizativas y<br />
laborales que caracterizan a las industrias creativas y culturales, y en particular a la editorial.<br />
Estudios recientes sobre estos ámbitos muestran un panorama singular de las<br />
trayectorias seguidas por quienes forman parte del mundo del arte y de ocupaciones de<br />
tipo artesanal (siguiendo la defi nición de Richard Sennet en El artesano) y de las modalidades<br />
de trabajo freelance, del que parecen ser precursores quienes se desempeñan<br />
en estos espacios.