jóvenes, culturas urbanas y redes digitales - Artica – Centro Cultural ...
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Creación, socialización y nuevas tecnologías en la producción musical<br />
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discos extranjeros, busca a bandas similares a las editadas para que hagan remixes de<br />
las canciones del álbum en cuestión y así atraer al público local. Las ediciones mexicanas<br />
de los discos Pop Negro de El Guincho (España), Diamantes de El Columpio Asesino<br />
(España) y Música, Gramática y Gimnasia de Dënver (Chile) cuentan con remixes exclusivos<br />
de bandas mexicanas como Disco Ruido!, Rey Pila o Sussie 4.<br />
Los músicos de la escena musical alternativa en México están relacionados a partir de<br />
una comunidad tejida por muchas <strong>redes</strong> de vínculos sociales. Esta comunidad podrá<br />
entenderse en lo digital y lo físico como lo que José Antonio Marina defi ne como una<br />
comunidad de inteligencias compartidas, en donde el sujeto infl uye y es infl uido por el<br />
campo en el que se encuentra participando. El desarrollo de este campo, sus dinámicas<br />
de acción y sus convenciones se encuentran movilizadas continuamente por el trabajo<br />
compartido de sus participantes, y el trabajo creativo de estos agentes contribuye a la<br />
creación de un objeto que los supera a nivel individual.<br />
Los sujetos producen objetos físicos, como canciones o álbumes, y en ese trayecto van<br />
confi gurando una producción objetiva común: el campo mismo, que está determinado<br />
por las acciones y estrategias de sus actores. En este sentido bajo esta interacción, la<br />
inteligencia colectiva “puede producir un resultado mayor o menor del que teóricamente<br />
sería predecible de la suma de sus componentes. Su capacidad de resolver problemas<br />
es superior” (Marina,2010:45). A nivel individual el sujeto se encuentra resolviendo problemas<br />
cotidianos pero sus decisiones repercuten en el devenir del campo en el que<br />
está, como dice Negus: “la experiencia del músico y las inquietudes del trabajador de la<br />
industria aceptan el caos y la confusión como explicación real de la vida social y la existencia<br />
organizativa, negando que toda la mezcla pueda tener cualquier tipo de explicación<br />
sistemática o ‘académica’” (Negus, 2005:26). Así, la comunidad produce un saber<br />
colectivo en donde las autorías cada vez se comparten más y es a través de esta red de<br />
inteligencias colectivas, a partir de la colaboración y la interacción, que los nuevos sonidos<br />
van gestándose y se van apropiando por todos los miembros del campo.<br />
El músico se ve interactuando con los demás miembros del grupo en varios niveles: por<br />
un lado, en uno creativo que lo obliga a entablar lazos de colaboración y, por otro lado,<br />
como soporte de las relaciones sociales generadas en los espacios de ocio <strong>–</strong>o de vinculación<strong>–</strong><br />
que alimentan la escena. Todo esto se ve refl ejado en su trabajo y en su forma de<br />
concebir su quehacer musical que es infl uido por un nuevo orden en el que el poder de<br />
decisión está volcándose sobre el público y el músico sin necesidad de mediadores.<br />
En un momento en el que profesionales y afi cionados pueden hacer música, y la creatividad<br />
musical prolifera en los espacios <strong>digitales</strong>, la calidad del trabajo sostiene una<br />
economía de la reputación (Howe, 2008) en donde la meritocracia aparece como moneda<br />
de cambio y dota a los actores de prestigio, que tendrá que ser utilizado a su favor<br />
para ganarse espacios y escalar posiciones de reconocimiento al interior de sus<br />
escenas locales.