jóvenes, culturas urbanas y redes digitales - Artica – Centro Cultural ...
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Jóvenes y corrientes culturales emergentes<br />
161<br />
Resulta irónico que en la “sociedad del conocimiento” asistamos a un cuestionamiento<br />
semejante sobre lo que sea el conocimiento mismo. Y esa reformulación viene ligada,<br />
según los trabajos aquí reunidos, a cambios de fondo en los conceptos de intimidad,<br />
publicidad, cuerpo, subjetividad y consumo.<br />
7.6 Lo que la exageración retórica de la categoría trend<br />
no permite pensar<br />
1. Las condiciones materiales de su producción. Saskia Sassen ha argumentado, a propósito<br />
del surgimiento de la ciudad global, que el trabajo considerado “creativo” sólo existe<br />
en la medida en que es producido, y que absorbe inputs ingentes de otros tipos de trabajo.<br />
En la investigación clásica de Sassen se trataba, sobre todo, de la descualifi cación de los<br />
puestos laborales postindustriales (servicios personales y corporativos) que se concentran<br />
masivamente junto a las funciones directivas y estratégicas de las corporaciones en<br />
grandes metrópolis que operan como nodos de una economía transnacionalizada. En<br />
nuestra muestra encontramos un fenómeno similar, aunque a escala más modesta: la<br />
asunción forzada por parte de nuestros entrevistados de una enorme masa de energía,<br />
aquella que deriva de verse obligado a ser el propio gestor, administrador, promotor, formador<br />
y asistente en la creación de uno mismo. Lo encontramos también en el desdibujamiento<br />
de roles especializados tradicionales. Por ejemplo, en la industria musical deja de<br />
haber mánager, productor, músicos, estudio, y todo se integra. En la externalización por<br />
parte de empresas e industrias de los costes de producción, con el ascenso de un falso<br />
freelance que raramente se benefi cia de las ventajas del trabajador liberal independiente<br />
de otrora. Como han señalado muchos críticos de la nueva economía, la precariedad se<br />
eufemistiza como una libertad del trabajador (Sennet, 2000; Ross, 2003; Miller, 2004,<br />
2009; Rowan, 2010). Esas condiciones materiales se cuelan en nuestras entrevistas en<br />
las formas más diversas: como imposibilidad de tener pareja o hijos, como insolvencia<br />
para cubrir los gastos del local o el domicilio, como difi cultades para hilar un currículum<br />
coherente, como dependencia de subvenciones y convocatorias ofi ciales, como vulnerabilidad<br />
ante la enfermedad o el desánimo… A diferencia del argumento clásico de Sassen,<br />
en este caso los costes de producción son invisibles porque se refi eren, no a servicios prestados<br />
en el mantenimiento de la vida de otros, sino en el de la vida propia. Esa autoexplotación<br />
tiene un lado culpabilizante. La imposición de tener que ser creativo va de la mano<br />
de otra más sutil e insidiosa, la de tener que “ser positivo”. La desdicha pasa a ser un mal<br />
cuya responsabilidad se atribuye al que lo sufre, y que la propia víctima acaba achacando,<br />
dada la presión moral del entorno, a sus negativos sentimientos.<br />
2. Una concepción restringida de la innovación. La novedad, la creatividad y el talento a<br />
menudo se conciben centrados en productos y objetos, antes que en procesos y sujetos.<br />
Una concepción fi jada en los objetos atiende, por ponerlo en terminología latouriana, más<br />
a “lo nuevo estabilizado” que a “lo nuevo emergente”. Por contraste, según una concepción<br />
de la innovación centrada en los procesos y las personas, lo nuevo se estaría produ-