jóvenes, culturas urbanas y redes digitales - Artica – Centro Cultural ...
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Jóvenes y corrientes culturales emergentes<br />
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Internet en la selección de la muestra de entrevistas navegando por la obra, blogs o<br />
páginas de los sujetos que nos interesaban. De manera particular, las etnografías de<br />
Amparo Lasén sobre <strong>redes</strong> sociales, Fernando González de Requena sobre políticas <strong>digitales</strong><br />
y Sara Sama sobre VJ giran en torno al mundo de la red. Fueron trabajadas tanto<br />
off como on line. En otros campos como el arte, la edición y la música rige aún una cadena<br />
de valor fi jada a convenciones de larga data; aun así, las etnografías de Gloria Durán<br />
y Héctor Fouce permiten anticipar en qué medida el panorama actual de la producción<br />
artística y musical se está transformando por el impacto de lo virtual.<br />
Finalmente, trabajamos las ideas y los materiales de este proyecto tanto en el seminario<br />
permanente del grupo de Madrid como en los cuatro seminarios internacionales<br />
mantenidos con el grupo de investigadores de México en junio de 2010, marzo y octubre<br />
de 2011 y enero de 2012.<br />
7.4 Seis etnografías sobre prácticas juveniles<br />
Al abordar el análisis de los relatos de nuestros entrevistados sobre sí mismos y su trabajo,<br />
la primera conclusión que salta a la vista es la singularidad <strong>–</strong>el carácter personal,<br />
único<strong>–</strong> de las historias, las obras, los modos de expresión. Son personajes con voz y vida<br />
propia. Es cierto que para el antropólogo, de manera genérica, cada persona es un mundo.<br />
Pero en este caso esa verdad vulgar se torna especialmente cierta. Lo demuestra la<br />
difi cultad que hemos tenido para meter juntas las voces, los gustos, los gestos observados<br />
bajo el paraguas de etiquetas genéricas como “joven”, “trendsetter” o “creador”. Se<br />
trata de biografías, obras y gustos cuidadosamente trabajados, penosamente construidos.<br />
Si algo defi ne el conjunto es ese sisífi co esfuerzo de autoconstrucción, donde la<br />
materia de trabajo no es otra que uno mismo. La identidad del yo, su forma de expresión<br />
y las inversiones y apuestas laborales se entrelazan inextricablemente. El trendsetter<br />
se hace haciendo, se dota de una identidad en el obrar, y también al compartir colectivamente<br />
aquello que produce. El sujeto de ese obrar y compartir oscila entre el<br />
ostracismo individualista y la hiperrelacionalidad de un nosotros que incluye a amigos,<br />
amigos de amigos, followers. En términos de uno de los informantes: “Nos dedicamos a<br />
la autogestión de nuestros sueños”. Este tema giddensiano <strong>–</strong>la construcción de una<br />
narrativa congruente del yo como un destino al que el sujeto moderno no puede escapar<strong>–</strong><br />
recorre las etnografías aquí reunidas (cf. Giddens, 1991), permitiendo hilar algunas<br />
transformaciones de fondo que parecen comunes al conjunto de los materiales: (a) Un<br />
concepto de trabajo que rehuye la alienación, busca el sentido, desdeña los límites del<br />
horario convencional y se extiende viralmente a la cotidianidad, la sociabilidad, la noche,<br />
la fiesta. (b) El desarrollo y naturalización de una identidad digital, confortable<br />
como una nueva segunda piel. (c) El desdibujamiento de categorías clásicas que separaban<br />
con un cordón sanitario público y privado, trabajo y ocio, producción y consumo,<br />
profesional y amateur. (d) Los elevados costes de la incertidumbre, según la interminable<br />
apertura de una situación juvenil de libertad <strong>–</strong>vivida al tiempo como conquista y