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120En la cúspide de esta pasión por las artes decorativas francesas se ubica la conformación de colecciones deobjetos de arte de los siglos XVII y XVIII. Entre las excelentes y numerosas reunidas por argentinos, debennombrarse la legendaria colección Penard Fernández y Matías Errázuriz Ortúzar (1866-1953) - JosefinaAlvear (1859-1935) (que hoy podemos encontrar en el Museo Nacional de Arte Decorativo).La disponibilidad de dinero (verdaderas fortunas gastadas en arte y arquitectura) permitía que los palaciosfueran profusamente decorados para albergar la vida social que relacionaba a las familias más poderosasentre sí (que las diferenciaba del resto de la sociedad); las que fueron piezas decisivas en las competenciassociales locales en las que estas familias competían para ser los anfitriones elegidos cuando llegabanvisitantes ilustres a los que deseaban impactar con sus formas de habitar «civilizadas» (europeizadas). Comoel caso de la visita del Príncipe de Gales -Eduardo Windsor (1894-1972)- cuando se alojó en la residencia delos Ortiz Basualdo, o en el caso de la visita del Maharajá de Kapurtala (1871-1949) cuando se alojó en laresidencia de Mercedes Castellano de Anchorena); e incluso cuando el Cardenal Pacelli (1876-2009), queluego fue el Papa Pío XII, visitó la Argentina cuando se alojó en la residencia de Harilaos de Olmos.La mezquina vanidad social y el celo patriótico de estas familias, declarados en abiertos torneos públicos, aveces feroces, para alojar a las tan preciadas “presas” (que se alojarían en sus residencias), encontraba unpaliativo al autojustificarse por haber cumplido la noble misión patriótica de demostrar ante los potentados delmundo “que no éramos indios” («barbarie» de Sarmiento) y lo equivocados que estaban si creían quevivíamos como en el tiempo de la Colonia o en la época del caudillo Rosas; pues empezaban a vivir de unmodo mucho mas moderno, afrancesado principalmente.Incluso la residencia del caudillo Justo José de Urquiza (1801-1870), edificada en 1860, dio una clase de«civilizado» higienismo arquitectónico a Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888), cuando la visitó en febrerode 1870; pues fue la 1° residencia argentina con contar con el moderno servicio de agua corriente porcañerías (realizado por el artesano francés Paul Doutre). Esto lo podemos apreciar en la Sala de aguas deablución (ver ficha de la matriz de datos iconográfica N° 14), donde destaca la bañadera francesa de hierroesmaltado con canilla. También la cocina de esta residencia decorada por el artefacto central del ambiente –ococina económica de fundición de hierro, con escape de los gases al techo- manufacturada por TomásBenvenuto en Buenos Aires (ver ficha de la matriz de datos iconográfica N° 18); es un ambiente que disponíadel mismo adelanto técnico (servicio de agua por cañerías) que la Sala de aguas de ablución.En el Marco Teórico (Parte 2) se analiza la evolución del paradigma de “civilización / barbarie” de laGeneración de 1837 y su transformación en el paradigma “salubre / insalubre” de la Generación de 1880;como se sostuvo en ese apartado, Jorge Salessi en su libro -de 1995- Médicos, maleantes y maricas.Higiene, criminología y homosexualidad en la construcción de la nación Argentina. Buenos Aires:1871-1914 (1995) identificó “lo salubre” con lo «civilizado» y “lo insalubre” se relacionó con la «barbarie».

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