IBEROAMÉRICA
Miradas2015
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CAPÍTULO 1<br />
que permanecen en condición de esclavitud. También hay que tener en cuenta que ya en el<br />
siglo xviii en las regiones más prósperas como Antioquia la explotación de minería de oro se<br />
hacía con mano de obra libre. Además, la población negra y mulata «libre» por cimarronismo<br />
o manumisión desde muy temprano pasó a formar parte de campesinos y artesanos libres,<br />
aunque también en actividades domésticas serviles sin condición esclava, especialmente las<br />
mujeres. Curiosamente hacia finales del mismo siglo xviii, en una ciudad como Cartagena, el<br />
puerto de entrada oficial de los africanos esclavizados (hombres y mujeres), se presentaba una<br />
capa de población negra y mulata libre mucho mayor que la esclava, y que ocupaba una parte<br />
importante de los oficios artesanales en esa ciudad, especialmente los mulatos y pardos. 46<br />
En algunas regiones de América Latina, sin embargo, el comercio esclavista no fue tan importante.<br />
En Bolivia se descubrieron las minas del cerro del Potosí en 1545. Al parecer, los africanos<br />
esclavizados no soportaron ni la altura ni el frío de la región donde estaban ubicadas las minas,<br />
por lo que fueron desplazados a otras zonas. El comercio de esclavos, por el número de indios<br />
y españoles, no fue importante en Bolivia. En Chile, en las crónicas de los siglos xvi y xvii, la población<br />
africana y afrodescendiente esclavizada o libre aparecen diseminados por el territorio<br />
sin llegar a ser una población numerosa. Desde 1548 se encuentran esclavos en las minas, en el<br />
trabajo agrícola y en los obrajes de paños de lana, algodón o seda. 47<br />
El fenómeno de la esclavitud de los africanos involucró a grupos humanos con características genotípicas,<br />
fenotípicas, culturales y sociales difíciles de precisar; más aun, los procesos de mestizaje<br />
y las relaciones de convivencia que se presentaron con las poblaciones indígenas y europeas a<br />
partir de su llagada al continente fueron diversos a lo largo de la región, y dieron como resultado<br />
la conformación de pueblos con rasgos y trayectorias específicas que hoy se reconocen como<br />
afrodescendientes y que, por eso mismo, deben ser considerados como poblaciones originarias.<br />
Y aunque se cuenta con poca información sobre las relaciones que mantuvieron las poblaciones<br />
de africanos o afrodescendientes esclavizados con las poblaciones indígenas, se reconoce que<br />
estas eran parte de la cotidianidad de ambos grupos, lo que dio lugar a diversos tipos de contacto,<br />
intercambio cultural y mestizaje biológico. Algunos ejemplos de estas relaciones interétnicas<br />
son los diversos grupos que persisten en la actualidad, como los garífuna de Nicaragua, Belice,<br />
Guatemala y Honduras; los mascogo de México, y los raizales y palenqueros de la Colombia antillana,<br />
entre otros.<br />
El modelo colonial basado en las castas inició su ruptura cuando en el siglo xviii se empezaron<br />
a gestar los Estados nación como modelo de organización política y social de los territorios y la<br />
población que en ellos habitaban, lo que exigió considerar a sus ciudadanos con independencia<br />
de sus orígenes de clase –como aristócratas, burgueses, proletarios o campesinos– pero también<br />
culturales, lingüísticos y étnicos. Las dos grandes revoluciones sociales y políticas que se consuman<br />
en el siglo xviii, en Francia y en las colonias del noreste de América, serán el primer gran<br />
46<br />
Aguilera Díaz y Meisel Roca, 2009.<br />
47<br />
Martínez, óp. cit.<br />
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