Obras completas de SAN AGUSTÍN - 10

426 Sermón 372
zas. Exultemos, pues, amadísimos. En el día de hoy comienzan
a crecer los días. Cree en Cristo, y el día crecerá en ti. ¿Has
creído ya? Ha amanecido el día. ¿Estás ya bautizado? Cristo
ha nacido ya en tu corazón. Pero ¿acaso Cristo permaneció tal
cual nació? Creció, llegó a la madurez, pero no declinó a la
vejez. Crezca, pues, tu fe, robustézcase, ignore la vejez. Así
pertenecerás a Cristo, el Hijo de Dios, la Palabra que estaba
al principio junto a Dios, la Palabra que es Dios; pero la Palabra
hecha carne para habitar entre nosotros. La majestad se
ocultaba donde se mostraba la debilidad. Simeón tomó en sus
manos la debilidad, pero reconoció dentro la majestad. Que
nadie desprecie al que ha nacido si quiere renacer él. A él
le correspondió el nacer por nosotros; a nosotros, el renacer
en él.
(SERMÓN 371)
(SERMÓN 37 2)
(La autenticidad de ambos es negada actualmente, aunque no de
forma unánime.)
suis. Exsultemus ergo, carissimi. Ab hodierno dei crescunt dies. Crede
in Christum, et crescit in te dies. Credidisti? Inchoatus est dies. Baptizatus
es? Natus est Christus in corde tuo. Sed numquid Christus natus
sic remansit? Crevit, ad iuventutem pervenit: sed in senectutem non
declinavit. Crescat ergo et fides tua, robur inveniat, vetustatem nesciat.
Sic pertinebis ad Christum Filium Dei, in principio Verbum apud Deum,
Verbum Deum; sed Verbum carnem factum, ut habitaret in nobis.
Maiestas ibi latebat, ubi infirmitas apparebat. In manus suas Simeón
infirmitatem accepit, sed maiestatem intus agnovit. Nemo contemnat
natum, si vult esse renatus. Ad illum pertinuit propter nos nasci, ad nos
pertineat in íllo renasci.
SERMONES CCCLXXI et CCCLXXII [PL 59,1659-1663]
EORUM AUCTOR NON EST S. AüGUSTINUS
SERMÓN 373
Tema: La manifestación del Señor.
Lugar: Desconocido.
Fecha: Fiesta de la Epifanía, 6 de enero.
1. A la solemnidad que celebramos hoy se le da el nombre
griego de Epifanía en atención a la manifestación del Señor.
En efecto, al manifestarse en el día de hoy, se ofrece a
los magos, primicias de los gentiles, que lo adoran, el que hace
pocos días se les entregaba al nacer. El es la piedra angular
que juntó en su unidad a las dos como paredes que traían
dirección contraria, es decir, la de la circuncisión y la del prepucio;
con otras palabras: la de los judíos y la de los gentiles,
y se convirtió en nuestra paz, él que hizo de los dos pueblos
uno solo. Para dar el anuncio a los pastores judíos, bajaron los
ángeles del cielo, y para que los magos gentiles lo adorasen,
brilló una estrella desde el cielo. Ya mediante los ángeles, ya
mediante la estrella, los cielos pregonaron la gloria de Dios,
para que por la gracia del nacido la pregonasen también los
apóstoles, llevando al Señor como si fueran cielos, y su sonido
llegase a toda la tierra, y sus palabras, al confín del orbe de
la tierra. Palabras que llegaron también a nosotros; las creímos,
y por eso hablamos.
SERMO CCCLXXIII [PL 39,1663]
DE EPIPHANIA DOMINI, I
CAPUT I.—1. Christus manifestatus Magis.—Solemnitas quam hodie
celebramus, propter manifestationem Domini Epiphaniae graecum nomen
accepit. Hodierno quippe die Magis adorantibus tanquam primitiis Gentium,
commendatur manifestatus, qui ante paucos dies traditur etiam
natus. Lapis ille angularis, qui velut pañetes dúos, circumcisionis videlicet
[1664] et praeputii, hoc est Iudaeorum atque Gentium, de diverso
venientes in sua unitate copulavit, et factus est pax nostra, qui fecit
utraque unum (Eph 2,14); ut pastoribus Iudaeorum nuntiaretur, Angelí
venerunt de cáelo; et ut a magis Gentium adoraretur, stella refulsit e
cáelo. Sive ergo per Angelos, sive per stellam, caeli enarraverunt gloriam
Dei: ut in eius qui natus est gratia, enarrarent eam etiam Apostoli, portantes
Dominum sicut caeli, atque in omnem terram exiret sonus eorum,
et in fines orbis terrae verba eorum (cf. Ps 18,2.5). Quae quoniam et ad
nos venerunt, credimus, propter quod et loquimur (cf. 2 Cor 4,13).
1 Los Maurinos lo consideraron de autenticidad dudosa.