Obras completas de SAN AGUSTÍN - 10

(SERMÓN 387)
(Este sermón es de San Cesáreo de Arles [145], aunque utilizando
uno de San Agustín, hoy perdido.)
(SERMÓN 388)
(No se admite su autenticidad agustiniana. Quizá sea de San Cesáreo
de Arles, utilizando textos agustinianos.)
SERMÓN 389'
Tema: La limosna.
Lugar: Desconocido.
Fecha: Desconocida.
1. Esta lectura evangélica es para mí una exhortación del
Señor a que os hable sobre cómo conseguir el pan celeste.
Existe este pan terreno, necesario a la tierra, puesto que nuestra
carne tierra es. No podría darse que nuestra carne tuviera
su pan y no lo tuviera nuestra alma. También nuestra alma se
halla en este mundo en cierta necesidad, y necesita su pan,
como la carne el suyo. ¿Quién no tiene necesidad del pan?
Sólo Dios, que es él mismo pan, no tiene necesidad de pan;
SERMONES CCCLXXXVII-CCCLXXXVIII [PL 39,1698-1701]
EORUM AUCTOR VIDETUR ES SE S. CAESAREUS ARELAT.
SERMO CCCLXXXIX
[RB 58(1948)431 (PL 39,1701)
TRACTATUS DE IMPETRANDO PANE CAELESTI SIVE DE FACIENDIS
ELEMOSINIS ET MISERICORDIA
1. Admonet nos dominus lectione euangelica ut loquamur uobis de
impetrando pane caelesti. Est enim iste pañis terrenus terrae necessarius,
quia caro (1702) nostra térra est. Fieri autem non posset, ut panem
[44] suum caro nostra haberet, et panem suum anima non haberet.
Etenim et anima nostra in quadam egestate in hoc saeculo eget pane
suo, sicut caro suo. Nam quis non eget pane? Deus ergo solus, pañis,
Su autenticidad fue puesta en duda por los Maurinps.
La limosna 507
él es, en efecto, el pan de nuestra alma, quien no necesita
ningún otro pan, antes bien, bastándose a sí mismo, nos alimenta
también a nosotros. El es manifiestamente el pan celeste
del que se alimenta nuestra alma.
2. Necesitamos el consejo sobre cómo llegar a él para
saciarnos de aquel del que ahora apenas conseguimos unas migajas,
para no perecer de hambre en este desierto; sobre cómo
llegar a la hartura de ese pan del que dice el Señor: Quien
coma de este pan no tendrá más hambre y quien beba la bebida
que yo le daré no tendrá sed nunca jamás, prometiéndonos
una cierta hartura y saciedad sin molestia. Necesitamos, pues,
el consejo sobre cómo conseguir esa saciedad de pan tan distinta
de la saciedad de quien sufre el hambre de aquí abajo.
Si menospreciamos el consejo, inútilmente llamaremos a las
puertas de aquel pan. Más aún, si alguno desprecia este consejo
que os voy a dar o, mejor, que voy a recordaros, pues
no es de mi cosecha lo que con vosotros he aprendido, no digo
ya que llama inútilmente, sino que ni siquiera llama. Llamar
no consiste en otra cosa más que en seguir y actuar este consejo.
¿Acaso pensáis, hermanos míos, que Dios tiene una como
puerta material y dura que cierra a los hombres, y que por eso
nos dijo: Llamad, para que lleguemos y pulsemos a la misma
hasta que a fuerza de pulsar nos hagamos sentir por el padre
de familia, oculto en cierto lugar, y ordena que se nos abra,
preguntando: «¿Quién llama? ¿Quién es el que molesta a mis
non eget pane: ipse est enim pañis animae nostrae, qui pane altero non
eget, sed sibi sufficiens nutrit et nos. Manifestus est itaque pañis caelestis
quo pascitur anima nostra.
2. Sed quomodo ad eum perueniatur ut eo saginemur, unde modo
uix micas colligimus, ne in ista famélica eremo pereamus: quomodo ergo
perueniatur ad saginam huius pañis de quo dominus ait: Panem hunc
qui manducauerit non esuriet, et potum quem ego dedero qui biberit
non sitiet in aeternum (cf. lo 6,52.35.56; 4,13.35), saginam quamdam
promittens et satietatem sine fastidio: quomodo ergo perueniamus ad
hanc satietatem pañis longe ab ea satietate in hac fame positi, consilio
opus est. Quod consilium si neglexerimus, ad panem illum sine causa
pulsamus. Immo uero consilium hoc quod dicturus sum, uel potius quod
commemoraturus —non enim a me dicam quod uobiscum didici— consilium
ergo hoc quod dicturus sum, non dico quod quisquís contempserit
sine causa pulset, sed quisquís contempserit, omnino non pulsat. Hoc
enim consilium sequi et agere, hoc est pulsare. Quid enim putatis, fratres
mei, quia uere quasi corporaliter habet Deus quamdam ianuam duram
quam claudat contra nomines, et ideo nobis dixit: Púlsate, ut ueníamus
et tundamus ostium quousque pulsando perueniamus ad aures patrisfamilias
in secreto quodam loco constituti, et iubeat nobis aperiri dicendo:
Quis est qui pulsat? Quis est qui auribus meis taedium facit? Date