libro epistemologias.pdf - Pratec
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histórica que viven niños, niñas, profesores, padres etc. No hay lugar para hacer historia<br />
de lo cotidiano (está categoría está invalidada por lo ofi cial/científi co) para sentir el propio<br />
latir de la vida/historia.<br />
Anular la memoria de la colectividad por carecer de validez en el currículo y porque no<br />
se acomoda al discurso cientifi cista, en gran medida distorsiona su coherencia. Este es el<br />
criterio tecnológico predominante en muchos centros, este saber es tipifi cado como pre<br />
conocimiento o superstición.<br />
Parametrar cuantitativamente la historia, en muchos casos tiene mayor valía que la experiencia<br />
misma. Las famosas líneas del tiempo sólo generan una experiencia distanciadora entre el<br />
hombre y la vida misma, en otros casos sólo es un montón de datos registrados en el pasado<br />
y con valor nemotécnico. Este recurso pedagógico incide más en el valor del dato en un<br />
período dado que el sentido de la vida misma.<br />
6. ALGUNAS APORTACIONES E INTERROGANTES<br />
Estas líneas pretender aportar al debate sobre el sentido de la historia y constituyen ideas<br />
debatibles.<br />
La construcción de la historia es integral, rebasa el sentido objetivista, tiene sentido<br />
desde la intersubjetividad y desde la perspectiva del sentido de la vida que le confi eren<br />
las sociedades y comunidades, recupera aspectos como religiosidad, ritualidad, vivencia,<br />
emocionalidad etc. Los hechos tiene sentido histórico desde el horizonte de vida, por tanto<br />
los que viven esas experiencia son los que establecen las verdades históricas y sus balances.<br />
Los criterios no vienen de afuera, las explicaciones no provienen del metarelato universal<br />
o de los laboratorios sociales (en la perspectiva del diálogo intercultural pueden ayudar a<br />
enriquecer el sentido de la vida pero no a imponer).<br />
La legitimidad histórica se sustenta cuando se educa desde la experiencia histórica, la<br />
memoria de la comunidad y cuando sus actores conversan discuten desde su horizonte de<br />
vida. La historia tiene sentido a partir del horizonte de vida, los hechos, los recuerdos, el fl uir<br />
de la vida misma toma vigor. Este horizonte de vida en el mundo andino es la compenetración<br />
con la pulsión o actividad del mundo. Ese es su sentido y la historia es la conciencia de<br />
ese fl uir que trasciende la razón y atrapa al hombre mismo en su integridad conectada<br />
a la vida (puente/puentes en el mundo). En esta lógica la historia fragmentada (pasadopresente-futuro),<br />
objetivada (hechos cuantifi cados, verifi cados/positivos) y direccionada<br />
(modernidad/postmodernidad) no tendría lugar en su constitución estructural por responder<br />
a referentes disímiles. Esta afi rmación nos conduce a lanzar algunas interrogantes: ¿puede<br />
establecerse un diálogo intercultural con horizontes de vida con lógica disímil?. No es un<br />
asunto de una mera combinación cultural (interculturalidad asimiladora), es necesario un<br />
diálogo de horizontes de vida y rescate del hombre como parte del mundo mismo.<br />
La experiencia histórica es más que el discurso, es más que las palabras, éstas no se<br />
excluyen, forman parte de la experiencia misma, participan del discurrir, tienen carácter<br />
performativo. Las palabras forman parte de la experiencia misma, no busca desbordar ni<br />
sacrifi car, sólo las alientan. No interesa la abundancia de las palabras, interesa el sentido en