libro epistemologias.pdf - Pratec
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2. LA CONCEPCIÓN DEL CUERPO COMO MÁQUINA.<br />
La concepción del mundo como máquina surgiendo del estudio de los astros invadió<br />
pronto la de cada uno de los seres vivos, y en particular la del humano. Considerado en el<br />
Medioevo como creación divina, el cuerpo no podía ser asociado a una realidad mecánica<br />
pues la imagen y semejanza con Dios que el cristianismo difundía lo convertía en un ser<br />
que tenía tanto de divino como de natural. Intervenir en éste sin que ello sea apreciado<br />
como trasgresión a los estatutos divinos era un despropósito. Pero cuando las concepciones<br />
del mundo cambiaron y Dios mudó de domicilio, el cuerpo dejó de ser albergue sacro y se<br />
convirtió en un objeto parecido a cualquier mecanismo conocido y sobre el cuál se podía<br />
intervenir pues lo que regulaba el movimiento de la materia eran relaciones de causa y<br />
efecto, y no causas divinas.<br />
La idea del cuerpo como mecanismo se obró, entre otros aspectos, por el descubrimiento<br />
de las funciones de ciertos órganos del cuerpo y su asociación inevitable con los aparatos<br />
existentes inventados hasta ese momento por el hombre. Asociar el corazón a una bomba,<br />
llevó a reconocer que su funcionamiento opera de modo análogo al de una máquina. Esto<br />
condujo a Hobbes (1588-1679), en El Leviatán, a decir: “Qué es el corazón, sino un resorte;<br />
y los nervios qué son, sino diversas fi bras, y las articulaciones, sino varias ruedas que dan<br />
movimiento al cuerpo entero” (Hobbes, 1993:3). Estas afi rmaciones cobraron estatuto de<br />
verdad con el imperio de la ciencia mecanicista en la modernidad.<br />
Desde ese entonces y hasta ahora el cuerpo humano es un conjunto de aparatos y sistemas<br />
que los alumnos deben memorizar antes que comprender, y que a fuerza de repetirlo se<br />
adhieren en las capas más profundas del entendimiento humano hasta que empiezan a<br />
teñir el lenguaje cotidiano del hombre letrado convirtiendo la metáfora del mundo como<br />
máquina en algo cierto, veraz y reproducible en cada uno de los seres que lo habitan. Como<br />
dice Gronemeyer quién precisa bien la relación de la máquina con lo que se le exige al<br />
deportista:<br />
El nuevo catálogo de virtudes está dictado por las leyes operativas de la máquina,<br />
ejemplifi cada por la más prefecta de las máquinas, el reloj: disciplina, precisión, orden,<br />
diligencia, limpieza, resistencia y puntualidad (Gronemeyer, ibid: 14).<br />
3. LA COLONIZACIÓN DEL CUERPO POR LA MENTE.<br />
El otorgamiento de la primacía de la mente sobre el cuerpo parece ser antigua. Si la idea es<br />
la que funda la realidad y siendo la idea una expresión de la mente, la materia y con ella la<br />
naturaleza vienen a ser una expresión de una voluntad externa y superior a ésta. La división<br />
cartesiana entre res cogitans y res extensa, y su aforismo conocido: “pienso luego existo”,<br />
ratifi có lo que desde antiguo se sabía: la preeminencia de lo mental sobre lo corporal. El<br />
pensamiento radica en la mente mientras la naturaleza en el cuerpo. Con la desvalorización<br />
del cuerpo éste devino en objeto a ser conocido, explorado, autopsiado, y manejado por<br />
un sujeto cognoscente. Se profundizó así la división entre mente y cuerpo, entre idea y<br />
naturaleza.