libro epistemologias.pdf - Pratec
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El aula desde fi nales del siglo XX está pensada como el escenario para ser amigo de la<br />
ciencia, y como se sabe, ésta solicita más el desarrollo de mentes a lo Einstein que cuerpos<br />
a lo Bolt, ese jamaiquino que este año nos deslumbró en Beijing llegando sonriente y<br />
primero a la meta de los 100 metros planos con la marca de 9.69 segundos y 42 pasos.<br />
De este modo, el mentado fi n educativo que subraya la<br />
educación armónica del cuerpo y de la mente pasó a ser<br />
un discurso sin contenido signifi cativo en el sistema .<br />
Observando el contenido de lo que se enseña y<br />
practica en las pocas horas dedicadas a lo que se<br />
llama “educación física” se ve en ésta una orientación<br />
inclinada hacia la aplicación de técnicas que privilegian<br />
el desenvolvimiento de destrezas corporales asociadas<br />
al desarrollo adecuado de los deportes y menos con<br />
habilidades y evoluciones del cuerpo vinculados al<br />
trabajo: agricultura, construcción, y artesanías. Existe<br />
un divorcio en la llamada “educación física” producto<br />
de la segmentación de la realidad del movimiento<br />
corporal humano entre aquellas acciones de orden<br />
físico-biológico orientadas hacia la práctica de los<br />
deportes y el juego, y las que demanda el movimiento<br />
corporal asociado a la realización de lo que se conoce<br />
como trabajo.<br />
De este modo el movimiento del cuerpo que realiza un niño o niña cuando realiza tareas<br />
chacareras o de pesca, sea en los Andes o en la Amazonía, queda fuera del marco de la<br />
educación física escolar, a pesar de lo bien sintonizado que se hallan sus movimientos<br />
corporales con la regeneración de la naturaleza en la que anida. Cuerpo, mente y realidad<br />
externa se coordinan y conjugan sincrónicamente cuando niños y niñas en los Andes aran y<br />
siembran papas, tan igual como cuando niños y niñas amazónicas realizan labores de caza y<br />
pesca. En estas actividades cuerpo y naturaleza parecen moverse enlazados en la ejecución<br />
de una danza ritual de carácter agrario en un caso, y de sello bosquesino en el otro.<br />
Estas actividades han quedado fuera del currículo de la educación física en las escuelas<br />
de las áreas rurales andinas y amazónicas, reservándose más bien como responsabilidad<br />
la instrucción de aquellos movimientos que el ser humano ejecuta cuando practica lo que<br />
se llama disciplinas deportivas dentro del marco de una educación formal de corte urbano.<br />
Al derivar la enseñanza de la educación física más a la práctica deportiva resaltó, según la<br />
especialidad, el desarrollo y adiestramiento de ciertos movimientos corporales y por tanto<br />
de determinado crecimiento muscular en detrimento del movimiento armónico del conjunto<br />
del cuerpo. La deportología surgió, en este contexto, como disciplina técnica dirigida a<br />
explorar las potencialidades del crecimiento corporal de aquella parte o sistema asociado<br />
al ejercicio de una cierta disciplina o especialización deportiva, pues no es lo mismo el<br />
ejercicio corporal asignado a la natación que la de salto triple o de la del tenis. Los cuerpos<br />
de los atletas denuncian la disciplina a que son sometidos .<br />
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