libro epistemologias.pdf - Pratec
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la cara para respirar para lo cual sólo era necesario hacer una labor de torción del cuello.<br />
Para evitar salirse del riel o canal la guía era la señalización pintada en el piso de la piscina<br />
de modo que no era necesario por motivo alguno sacar la cabeza sino abrir los ojos dentro<br />
del agua y observar las rayas pintadas que separaban un carril de otro. Se trataba además<br />
que batir los pies alternativamente con los dedos estirados sin fl exionar las piernas en un<br />
movimiento oscilante de las caderas de arriba hacia abajo, al tiempo de evitar también la<br />
fl exión aguda de los brazos al momento en que uno de ellos entrara al agua mientas el otro<br />
avanza abajo en sentido contrario. Si en el río se avanzaba casi como “saltando” colocando<br />
el peso del empuje en las patadas, aquí la fuerza mayor en la propulsión debería recaer en la<br />
parte superior de la espalda y los brazos. El objetivo del proceso era a toda costa mejorar la<br />
velocidad del desplazamiento y así tener la posibilidad de obtener records deportivos cada<br />
vez más cercanos al promedio regional o nacional.<br />
Me di cuenta, mucho después, que aprender la técnica requería una buena dosis de<br />
mentalización y cierta voluntad de “ser alguien” es decir tener una autoestima bien alta. Lo<br />
que en el río se aprendía de modo sensitivo y emotivo en una relación de diálogo con sus<br />
corrientes y los amigos, ahora el aprendizaje tenía una cuota importante de conocimiento<br />
y reproducción mecánica del procedimiento enseñado; esto implicaba más bien una<br />
relación de distancia entre sujeto nadador y objeto agua; si antes el cuerpo era parte del<br />
río y viceversa ahora la mente organizaba los movimientos de un cuerpo que no formaba<br />
parte de la naturaleza sino alguien externo y extraño a éste. El cuerpo debería obedecer<br />
los dictados y la comprensión que la mente tenía de cómo “domar a la naturaleza”. Como<br />
es conocido para los que practican esta disciplina, gradualmente y como producto de este<br />
esfuerzo el cuerpo adquiere una conformación física muy particular lo mismo que una<br />
mente que “sabe lo que quiere” y que no admite sorpresas.<br />
En todo esto no creo que fueron sufi cientes las enseñanzas y la práctica de la educación<br />
física. Entiendo que es todo el sistema en su conjunto, el que colabora para lograr este<br />
fi n, es decir: hacer del estudiante, en este caso de mí, alguien capaz de estar en posesión<br />
de conocimientos, virtudes, destrezas y pasiones para dominar la naturaleza. Esto es lo<br />
que creo que penetró en mi ser, y sólo entonces la transformación de mi persona que la<br />
educación física exigía pudo ser completa.<br />
Al cabo de un año y con entrenamientos semanales me convertí en un alumno aplicado<br />
y empecé a llegar a la meta entre los primeros de la clase. Me aprobaron fi nalmente en<br />
esta materia, y así estuve por unos tres años, compitiendo con mis colegas para ver quién<br />
llegaba primero a la meta. Y con estos méritos y modos de entender la vida regresé a mi<br />
pueblo al fi nalizar mis estudios secundarios.<br />
Mi padre, a los pocos días de llegado y en plenas vacaciones escolares y en una época de<br />
lluvias torrenciales, me llevó a las faenas matutinas de pesca en el río Huallaga. Y es que<br />
le había contado a él, a mi madre y hermanos lo bien que me había ido con el curso de<br />
educación física. Esto mi padre evaluaba a su manera. Salimos de casa a eso de las 4 de la<br />
mañana y ya a las 5 hubo que meterse al río para extraer los peces, cualquiera sea el método<br />
de pesca. Participé en faenas de pesca hasta con barbasco, pasando por métodos como el