Año 10, t. 14, entrega 1 (1903) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

170 Anales de la Universidad
muy racional la escala móvñl: el de dificultar la importación en las
épocas de cosechas abundantes y baja de precios, y de facilitarla
en las épocas de déficit en la producción y de alza en los precios
del mercado interno. Pero en la práctica, era eludido fácilmente
el propósito del legislador. Dos ó tres especuladores que habían
comprado un cargamento de trigo ó de maíz en la Argentina, en
pleno descenso de precios, hacían subir artificialmente los tipos y
provistos del boleto respectivo se presentaban á la aduana solicitando
el despacho del pr>>dncto similar extranjero, burlando el interés
del fisco y el de los productores nacionales. La repetición
del abuso dio origen á la ley do 19 de enero de 1891 que reemplazó
la escala móvil con derechos fijos de $ 0.80 por cada 100 kilos de
maíz, 1.35 por cada 100 kilos de trigo, 2.70 por cada 100 kilos de
harina y 1.00 por cada 100 kilos de alfalfa y otros forrages. En
mayo del año anterior, los molineros y agricultores habían presentado
una solicitud, manifestando á la asamblea que aún cuando la
escala móvil respondía al propósito de proteger á la agricultura
con derechos proporcionales á los tipos de plaza, ningún provecho
obtenía el productor nacional de los precios altos, desde que llenadas
las exigencias del consumo, había que soportar las consecuencias
de la baja provocadas por las existencias despachadas al amparo
del derecho mínimo. Agregaban que el grave error de la ley
consistía en haber dejado al trigo y á las harinas la misma proporción,
cuando lo lógico era elevar el impuesto sobre la materia
elaborada, á medida que se reducía el de la materia prima. La comisión
de hacienda de la cámara de diputados establece en el
informe relativo á esa representación, que la escala móvil es antiquísima
en nuestra legislación, como que fué incorporada al régimen
tributario por la ley de junio de 1833; que ella respondía al
plan muy recomendable de la protección agrícola sin perder de
vista los intereses del consumidor; que si no había dado buenos resultados,
era porque la extrema subdivisión de la escala permitía á
los importadores elevar en un momento dado los precios de plaza
y despachar sus existencias con rebaja considerable. En concepto
de los molineros, debía establecerse un derecho específico fijo. En
el de la comisión de hacienda, era preferible reducir los términos de
la eecalaj estableciendo, por ejemplo, que cuahdo el trigo se (3oti-