Año 10, t. 14, entrega 1 (1903) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

230 Anales de la Universidad
que la ley establece para la prescripción de las obligaciones personales.
El decreto reglamentario adjudica las multas á los revisado^
tes del impuesto que hayan denunciado la deíraudación.
VENTA.JAS DEL PAPEL
SELLADO
Del punto de vista de los intereses íiscales presenta una ventaja
indiscutible el papel sollado con relación al timbre volante:
mientras que en el primer caso se paga el impuesto al tiempo de
redactar el acto ó contrato gravado, en el segundo recién se cumple
con el fisco al adherir el timbre al papel común en donde consta la
obligación ó descargo, tarea que puede llenarse en cualquier momento
y que en consecuencia tiene que estimular grandemente el fraude
calculado muchas veces é inconsciente otras. Nuestra ley del ano
1860 establecía que las letras de cauíbio; libranzas, vales, pagarés,
conformes de plaza, pólizas, conocimientos y recibos por chancelación
de cuentas, vale decir todos los documentos que están sujetos
actualmente al timbre volante ó adhesivo, debían extenderse
en papel timbrado, que vendería en blanco la contaduría, en la
misma forma que el papel sellado. Cuando se discutió en la cámara
de diputados esa ley, declaró uno de los legisladores que
á posar de que el impuesto de papel sellado gravaba ya las letras,
vales y pagarés, el ministro de hacienda, señor Villalba, acababa
de descubrir en el banco Maná trescientos de esos documentos
extendidos en papel común, lo que no era ciertamente de buen augurio
para el nuevo papel timbrado. Tal hecho sólo podía demos -
trar sin embargo tjue el impuesto no había echado raíces en la
plaza y que era necesario que transcurriese algún tiempo para que
el comercio se acostumbrase al uso del papel sellado. Con el timbre
volante habrían ocurrido hechos inmensamente más graves en
esa época.
Todos aquellos documentos que pueden redactarse con anticipación
de días deberían estar exclusivamente sometidos al papel
sellado, reservándose entonces el timbre para las obligaciones que
recién se fijan en el momento mismo en que es necesario redactarlas.
Una letra de cambio ó un cheque, sólo adquieren forma
definitiva; en cuanto á las cantidades, al tiempo de consumarse el