Año 10, t. 14, entrega 1 (1903) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

24 Anales de la Universidad
es necesario aumentar las emisiones. Es lo que ha ocurrido en la
república Argentina. En 1883, el papel moneda se reducía á 40
millones de pesos fuertes que circulaban á la par. Por efecto de.
las depreciaciones subsiguientes hubo que emitir más de trescientos
millones, alejándose cada vez más el país del camino salvador
de la conversión. Los Estados Unidos, que también soportaron las
calamidades de la depreciación, como que en ciertos momentos el
oro se cotizó al 286 "/^j, fueron más felices, gracias á los enormes
excedentes de sus rentas que permitieron en un período relativamente
corto, restaurar la conversión. Sólo la Inglaterra ha escapado
en los últimos tiempos á los defectos inevitables del sistema
de las emisiones inconvertibles garantidas con títulos de deuda
pública. Pero ese ejemplo único en el mundo proviene de la ciega
é ilimitada confianza en la estabilidad del banco emisor j en la
admirable prudencia de las administraciones inglesas, que aun
bajo la presión de grandes crisis y de autorizaciones especiales del
parlamento para correr un velo sobre el acta de Peel, han sabido
resistir heroicamente á las tentaciones del empapelamiento. Durante
la crisis de 1857, el límite de la emisión inconvertible fué
excedido simplemente en un millón de libras, y en las crisis de
1847 y de 1866 bastó el anuncio de que el límite podía ser ultrapasado,
para que la confianza renaciera y la calma volviera al
mercado sin necesidad de lanzar un solo billete inconvertible más.
Otros do.s argumentos de carácter local cabe oponer al sistema
de las emisiones inconvertibles garantidas: el desequilibrio, especialmente
durante las épocas prósperas, entre los créditos y las
deudas internacionales, y la poca fijeza en el precio de los fondos
públicos. Los países nuevos, como el nuestro, tienen que pagar
fuertes cantidades al exterior ]ior concepto de artículos de consumo
y por concepto de intereses, amortizaciones, dividendos y
beneficios de los capitales incorporados á su desenvolvimiento
económico. Cuando ambos capítulos se ensanchan, no alean
zan las exportaciones de productos para cubrir la totalidad de
las deudas, y entonces se imponen las extracciones de metálico
para cubrir los saldos internacionales. Si en esos momentos rige el
sistema de las emisiones inconv^ertibles, así el gobierno como los
particulares se ven arrastrados á la bolsa en busca de oro y pro-