Año 10, t. 14, entrega 1 (1903) - Publicaciones Periódicas del Uruguay

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den pasar lícitamente, cruzan por contrabando, ayudadas, necesario
es declararlo, por la notoria corrupción y el lamentable abandono
de las propias autoridades brasileñas. Sólo se conseguiría
con las tornaguías, localizar la corriente de tránsito en territorio argentino.
Otros son los medios de que puede y debe echar mano el
Brasil para extinguir el contrabando: aumentar las aduanas de
despacho en la frontera, rebajar equitativamente los derechos de
importación y establecer una fiscalización aduanera eficaz y moralizadora.
Ganarían mucho con ello los intereses brasileños y ganarían
á la vez los intereses orientales, víctimas ellos también del
retorno de algunas de las mercaderías que salen en tránsito y sobre
todo de las importaciones clandestinas de productos de origen brasileño.
Con relación á la otra forma de contrabando, que es sin duda
alguna la que mayor perjuicio, ocasiona á los intereses fiscales y
al comercio honesto, están más al alcance de nuestras autoridades
aduaneras las medidas de defensa. Un decreto de la administración
Latorre, de 24 de mayo de 1879, estableció que sin perjuicio
del manifiesto general de las mercaderías importadas, que era
de práctica presentar en esos momentos, todos los consignatarios
parciales de mercaderías descargadas en el puerto, tendrían obligación
de presentar íin manifiesto detallado de todos y c«da uno
de los bultos á su consignación; que dichos manifiestos, que deberían
extenderse en papel comíin, establecerían el nombre, nacionalidad
y arboladura del buque, la fecha de entrada al puerto y su
procedencia, la marca, número y envase de cada bulto, la clase,
calidad y cantidad detallada de los efectos contenidos en cada
bulto y la fecha de presentación y firma del consignatario; que en
caso de extravío de correspondencia ú otra circunstancia excepcional
que impidiese la presentación del detalle dentro del plazo de
ocho días de la entrada del buque, la aduana citará al interesado
para que examine y clasifique las mercaderías bajo su cuenta y
responsabilidad; que la oficina respectiva confrontará los manifiestos
detallados con el general del buque; que la colecturía general
tendrá la facultad de hacer abrir en deposito los bultos que
estime convenientes para examinar su contenido y constatar su
absoluta conformidad con los manifiestos detallados^ siendo obli-