Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...

El impacto de los estereotipos y actitudes contra la vejez
repetida a las imágenes negativas hacia la vejez que aparecen en numerosas
situaciones de la vida cotidiana, con lo que resulta más difícil poder desprenderse de
ellos.
Otra prueba para Levy (1996) de que los estereotipos de la vejez están
interiorizados es que cuando se pidió a los participantes de un estudio, jóvenes y
mayores, que describieran la primera imagen que les venía a la mente cuando pensaban
en una persona vieja, se encontró que ambos grupos mencionaron una imagen de
sabiduría y de senilidad. En los dos grupos se encontró que la palabra senilidad era la
mas familiar, y la que estaba más fácilmente disponible en la memoria de los sujetos, por
encima de la frecuencia de la palabra sabiduría. Perdue y Gurman (1990) por su parte,
ya habían hecho, a su vez, una observación similar empleando técnicas de priming,
sugiriendo que el priming de sabiduría resulta incongruente para la mayoría de los
sujetos como imagen socialmente dominante de la vejez. Estos autores hicieron un
estudio empírico en el que después de exponer a los participantes al priming “viejo”,
encontraron que los sujetos tardaban más en evaluar los rasgos positivos que los rasgos
negativos que aparecían en una pantalla. Perdue y Gurman, (1990) sugieren, a partir de
estos resultados, que la relación de “sabio” con “viejo”, hacía necesario un cambio de la
imagen dominante que sobre la vejez mantenían los participantes, y por lo tanto, el
tiempo de respuesta era más prolongado. En cambio, el priming de “senilidad”, que
representa una imagen de las personas ancianas como mentalmente incompetentes, era
el más familiar y el que estaba más fácilmente disponible en la estructura cognitiva de los
sujetos, por lo que el tiempo de respuesta disminuía.
Para Levy y Banaji (2002), el hecho de que en nuestra sociedad se
muestren con abundancia los estereotipos negativos de la vejez, no es una garantía de
la preponderancia de su interiorización en todas las personas, ni de que lo haga por igual
en todas ellas. Esto quiere decir que, aunque las personas sean expuestas a los mismos
estereotipos negativos de la vejez, existe una variabilidad individual en cuanto a la
receptividad de los mismos por los sujetos. Este aspecto, además puede tener que ver
con las diferencias de personalidad (Allport, 1954). Así, podría tener relación, por
ejemplo, como se ha sugerido en el punto anterior, con aspectos de personalidad, tales
como la autoestima y el optimismo.
109