Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...

Fundamentación teórica
Este estudio se realizó, como los anteriores, asignando al azar a personas
jóvenes y de avanzada edad, en dos grupos. Todas ellas fueron expuestas
subliminalmente a estereotipos positivos o negativos de la vejez. A continuación se
presentó a los participantes una serie de situaciones médicas hipotéticas, en las cuales
tenían que decidir si aceptaban o rechazaban determinados tratamientos médicos que
podían prolongarles la vida, pero que eran dolorosos o muy costosos. Se comprobó que
los sujetos mayores en la situación experimental con estereotipos negativos, tendían a
rehusar las intervenciones para prolongar la vida, mientras que los sujetos en la situación
de estereotipos positivos, tendían a aceptar esas mismas intervenciones. También,
como se esperaba, estos priming no influyeron en los sujetos jóvenes, para los que los
estereotipos de la vejez y el resultado de desear vivir no parecían ser un aspecto
relevante.
Por tanto, a partir de estos resultados, Levy et al. (2000) concluyeron que los
estereotipos positivos de la vejez, suscitados de forma subliminal, influyen en la
percepción de los beneficios de la vida, mientras que los estereotipos negativos de la
vejez, inclinan la balanza hacia un predominio de la percepción de las pérdidas
experimentadas. Partiendo de tales resultados, los autores sugieren que los estereotipos
negativos de la vejez, transmitidos socialmente, pueden debilitar en los sujetos mayores
el deseo de vivir. Por el contrario, apareció en este trabajo que la información previa con
estereotipos positivos, proporcionaban a las personas mayores una cierta protección
contra la fuerza devaluadora y peyorativa de los estereotipos negativos de la vejez. Un
resultado especialmente interesante en este estudio, es que demuestra el poderoso
impacto que tiene en los ancianos una intervención en positivo acerca de las imágenes
de la vejez. Este aspecto abre un campo novedoso en relación con la atención
terapeútica que se puede prestar a este grupo de población, ante determinados
problemas asociados.
Así pues, en estudios como los que se han descrito, aparece con fuerza la
convicción, común entre los profesionales de la psicología aplicada, de que las creencias
y estereotipos negativos hacia la vejez pueden influir en la conducta de las personas
mayores. La falta de trabajos empíricos que dieran soporte a esta idea está siendo
subsanada por investigaciones como las que hemos descrito en este apartado. En estas
investigaciones se prueba, de forma convincente, que el rendimiento de las personas
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