Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...
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Fundamentación teórica<br />
Por otra parte, en <strong>la</strong>s últimas décadas han proliferado los estudios que<br />
muestran los efectos de los autoestereotipos de raza y género en <strong>la</strong> <strong>con</strong>ducta y el<br />
funcionamiento de los individuos (Leyens et al, 2000; Steele y Aronson, 1995; Wheeler y<br />
Petty, 2001). El término autoestereotipo re<strong>su</strong>lta equivalente al de estereotipo implícito<br />
que emplean Lervy y Banaji (2002 ) puesto que Wheeler y Petti (2001), en <strong>su</strong> revisión de<br />
25 artículos existentes sobre autoestereotipos seña<strong>la</strong>n, como características de los<br />
mismos, que están interiorizados y que funcionan sin <strong>con</strong>trol <strong>con</strong>sciente de los <strong>su</strong>jetos.<br />
Estas son precisamente <strong>la</strong>s características que para Levy y Banaji (2002) definen a los<br />
estereotipos implícitos de <strong>la</strong> <strong>vejez</strong>.<br />
Sin embargo, <strong>la</strong> mayoría de estos estudios sobre autoestereotipos han explicado<br />
los re<strong>su</strong>ltados en<strong>con</strong>trados refiriéndose a <strong>la</strong> “amenaza del estereotipo” que experimentan<br />
<strong>la</strong>s personas en momentos puntuales (Wheeler y Petty, 2001). Desde esta perspectiva,<br />
se parte del <strong>su</strong>puesto de que los miembros de grupos estigmatizados perciben <strong>la</strong><br />
amenaza del estereotipo cuando están en situaciones en <strong>la</strong>s cuales <strong>la</strong> gente puede<br />
asociarles al estereotipo del grupo. Por lo tanto, en esas <strong>con</strong>diciones es fácil que se<br />
incremente <strong>la</strong> presión de los <strong>su</strong>jetos <strong>hacia</strong> el propio rendimiento y que, como<br />
<strong>con</strong>secuencia, aumente asimismo <strong>su</strong> nivel de ansiedad. Debido a ello, es fácil que <strong>la</strong>s<br />
personas en esta <strong>con</strong>dición de amenaza fracasen en <strong>la</strong> actividad propuesta, y que se<br />
produzca en ellos el cumplimiento del estereotipo (Nelson, 2002; Perdue y Gurtman,<br />
1990). No obstante, en este enfoque se sostiene <strong>la</strong> posibilidad de que los <strong>su</strong>jetos de los<br />
grupos estigmatizados socialmente, se defiendan de <strong>la</strong>s situaciones en <strong>la</strong>s que perciben<br />
que puede cumplir en ellos el estereotipo del grupo. Esto lo <strong>con</strong>siguen utilizando<br />
estrategias tales como <strong>la</strong> de no implicarse en <strong>la</strong>s actividades que juzgan amenazantes.<br />
Por ejemplo, se ha demostrado que <strong>la</strong>s personas de raza negra, que soportan en EEUU<br />
el estereotipo de un bajo rendimiento intelectual son capaces, potencialmente, de<br />
defenderse <strong>con</strong>tra <strong>la</strong> amenaza de este estereotipo, por el medio de no comprometerse<br />
en tareas de tipo académico (Steele y Aronson, 1995). Sin embargo, esta defensa se ve<br />
facilitada por el hecho de que esa amenaza aparece en situaciones específicas, y en<br />
referencia a tareas <strong>con</strong>cretas.<br />
En cambio, los estereotipos de <strong>la</strong> <strong>vejez</strong> parecen regirse por parámetros diferentes<br />
según Levy y Langer (1994), quienes sostienen que cuando <strong>la</strong>s personas alcanzan <strong>la</strong><br />
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