Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...

Variables relacionadas con las imágenes hacia la vejez y con la autopercepción
No obstante, investigadores como Levin y Chatters (1998) opinan que el acudir a
actividades religiosas puede aportar a las personas mayores un beneficio social añadido
por cuanto esta ocupación les ayudaría al incrementar sus redes de apoyo, y por lo
tanto, podría incidir en una percepción más positiva de la vejez. En este sentido, algunos
de los resultados obtenidos en una amplia encuesta efectuada en la población española
(IMSERSO, 2002), parecen dar soporte a esta idea. Así, este estudio mostró que el
hecho de vivir solos aumentaba en las personas mayores la frecuencia en la que asistían
a actividades religiosas. Asimismo, se encontró que el porcentaje de asistencia a la
iglesia por parte de este grupo era más elevado que el que se daba en la población de
mujeres.
3.3.8. La actividad física mantenida
Este es un elemento que se tiene en cuenta en muchos estudios con ancianos,
como una medida del grado en que las personas de edades avanzadas se preocupan en
mantener hábitos de promoción de la salud.
Numerosos estudios confirman que la esperanza de vida depende, en buena
medida, del estilo de vida que las personas han llevado y el que mantienen a lo largo de
los años de la vejez. Se ha comprobado que el ejercicio físico regular contribuye a
mejorar el sentimiento de autoeficacia, el funcionamiento en las actividades de la vida
diaria y a aumentar la sensación de control sobre el propio cuerpo (Gracia y Marcó,
2000; Naylor et al., 2003). Por otra parte, la importancia de la actividad física en la
ancianidad es puesta de manifiesto en estudios como los de Unger et al. (1997), quienes
la encuentran ligada a un mejor funcionamiento en la actividad funcional, así como al
aumento de la autoeficacia percibida. Asimismo, han puesto de manifiesto el impacto
positivo que tiene en la autopercepción de las personas mayores el mantener un nivel
adecuado de actividad física. Igualmente Lupinacci, Rikli, Jones y Ross (1993), en una
muestra de personas mayores de 50 años, demostraron que aquellas que se
preocupaban de mantenerse en buena forma física realizando con regularidad algún
deporte, presentaban un mayor grado de eficacia en tareas cognitivas. Entre las
múltiples ventajas que se derivan de permanecer activo físicamente en la vejez, se ha
demostrado el aumento de masa y fuerza muscular, la disminución de las caídas y de la
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