Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...

Estudio 2
aumentar los años de la vida, también aumentan las enfermedades crónicas y
discapacidades debidas a lesiones y a la mayor frecuencia de accidentes en la vejez
(Baltes y Smith, 2002; Defensor del Pueblo, 2000; IMSERSO,1992, 1995). Sin embargo,
como se ha señalado en la primera parte de esta tesis, es solamente una pequeña parte
del total de personas mayores de 65 años, las que no pueden desenvolverse en su vida
cotidiana de forma autónoma debido a los problemas de salud. Además, si se tienen en
cuenta los datos epidemiológicos existentes, los estereotipos hacia la vejez referentes al
factor salud solo forman parte de la realidad para un número importante de personas
cuando se alcanzan edades muy avanzadas. Finalmente, la extrema variabilidad
individual hace que el grado de declive en la salud no sea equivalente entre los sujetos
de la misma edad ni que, como se ha visto en los capítulos precedentes, se produzca de
forma inevitable en todas las personas.
Los resultados encontrados en el factor salud muestran que en los tres primeros
grupos de edad va aumentando paulatinamente el grado de creencia en los estereotipos
negativos de este factor, para alcanzar el valor máximo en las personas de edades entre
76 y 80 años. En cambio, los participantes mayores de 80 años aparecen con un menor
grado de creencia en estos estereotipos que los del grupo inmediatamente más joven.
Estos resultados se pueden relacionar con los encontrados en estudios realizados por
Unger et al. (1977) o Lehr (1980), en los que aparecieron que las personas de las
edades más avanzadas tendían a percibir su estado de salud más favorablemente que
las del grupo inmediatamente inferior en edad.
En cuanto a las relaciones entre la edad y el factor motivacional-social del
CENVE, a medida que las personas son más mayores parecen asumir con más
facilidad las creencias negativas acerca de la disminución de intereses vitales en la
vejez. Estos resultados sugieren a un nivel exploratorio que, junto con el aumento de
los problemas de salud que pueden limitar la capacidad funcional y la movilidad
física de un cierto número de personas, en las edades más avanzadas suelen
aparecer otras pérdidas a las que muchas de ellas deben hacer frente, tales como la
muerte del cónyuge o la de amigos y allegados. Así, podría ser que si una
acumulación de pérdidas como estas tiene lugar, se produzca una limitación del
ejercicio de determinadas actividades e intereses que hasta entonces puedan haber
mantenido. En cuanto a los resultados por los que aparece que las personas de más
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