Estereotipos negativos hacia la vejez y su relación con variables ...

Fundamentación teórica
parecen estar dirigidos a las personas de menos edad de entre las percibidas mayores, es
decir, en las que tienen alrededor de sesenta años. Es decir, parece ser que con el
aumento de la edad va disminuyendo de forma gradual la presencia de estereotipos
positivos, y que los estereotipos negativos son adjudicados preferentemente a las
personas de más edad.
La importancia que tiene el incremento de la edad en las evaluaciones que se
hacen de los sujetos es algo que ya había sido señalado por Neugarten (1974), el cual
distinguió dos grupos de personas mayores según los años con los que eran percibidos:
jóvenes- viejos ( 65 a 70 años) y viejos-viejos ( más de 80 años). Neugarten encontró
que los jóvenes-viejos eran evaluados más positivamente que los viejos-viejos. Unos
resultados similares han sido posteriormente encontrados también por Hummert (1994),
Hummert, Garstha y Shaner (1997) o Sanders, Montgomery, Pittman y Balkwell (1984).
Por ejemplo, en su estudio, Hummert (1994) presentó a un grupo de estudiantes una
serie de fotos de hombres y mujeres cuyas características faciales sugerían tres rangos
de edad, jóvenes-viejos (55 a 64 años), viejos (65 a 75 años) y viejos-viejos (más de 75
años). La tarea consistía en que los participantes emparejaran las fotos con una serie de
adjetivos que representaban estereotipos tanto positivos como negativos. En los
resultados se comprobó que los participantes habían emparejado los estereotipos
positivos, casi exclusivamente, con las fotos de las personas que representaban menos
edad, es de decir, con los jóvenes-viejos. En cambio, la mayoría de estereotipos
negativos fueron emparejados con las fotos de las personas percibidas como viejasviejas.
Finalmente, las fotos de grupo intermedio recibieron por igual estereotipos
positivos y negativos. A pesar de que los resultados similares que aparecen en estudios
como los que se han mencionado, no obstante, hay algunos en los que han aparecido
excepciones, en relación con algunas características positivas asociadas con los adultos
muy viejos. Una muestra de esto aparece en un trabajo realizado por Graham y Baker
(1989), los cuales obtuvieron resultados que apuntan a que las personas de 90 y 100
años son percibidas, por lo general, como de mayor estatus que las que tienen 70 y 80
años.
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