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DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
terapia (Allen, 2004). Los animales entonces no son mascotas comunes sino seres
adiestrados para realizar con los niños ciertas actividades que el terapeuta previamente ha
planeado de acuerdo con las necesidades específicas de intervención.
Posteriormente, se colocan los elementos de juego en la pista de trabajo teniendo en cuenta
que la ropa debe ser holgada y cómoda, tanto para el paciente como para el profesional
que debe adoptar posturas forzadas en algunos casos. El uso clásico del uniforme, según
Irwin (1999), no es aconsejable en TAA debido a que "aleja" el contacto con el paciente y lo
puede sentir frío e impersonal. Es decir el ambiente debe estar de acuerdo para brindar
placer y estimulación en todo momento, se debe evitar todo aquello que recuerde el dolor,
las dificultades y/o la tristeza en el paciente. Los padres en lo posible, es conveniente que
presencien la sesión, ya que aportan seguridad y tranquilidad mutua hacia su hijo que
afronta un nuevo sistema de terapia, pero no deben intervenir directamente durante el
transcurso del desarrollo de la misma.
El cajón de juegos es un instrumento de gran relevancia, debe ser ubicado en el centro del
espacio a trabajar y deben contar con sonido, que los perros utilizan para llamar la atención
del niño. Luego, a la llegada de los niños, los perros van a recibirlos a la entrada del lugar,
los saludan (en su forma particular) y automáticamente se dirigen acompañando a los niños
al lugar de trabajo. Sin embargo, en el caso de niños autistas, los perros, solos, buscan los
juguetes del cajón y los llevan a ellos. En una segunda etapa se colocan las correas a los
perros, y cada niño con su perro, comienza una caminata grupal. Esto se lleva a cabo con
todo tipo de niño independientemente de su condición, caminen por su cuenta o no, para,
posteriormente, al regresar, dar inicio a una tarea de estimulación pasiva. Los perros
permanecen permanentemente al lado del niño. La música debe ser suave y de volumen
bajo, carente de voz humana y armónica, esto forma un ambiente muy adecuado para la
relajación necesaria de las sesiones. Se puede observar los beneficios que ésta brinda, por
su influencia, en el comportamiento de los animales y las personas que asisten a las
sesiones de psicoterapia. Al finalizar cada sesión de trabajo, cada niño cepilla al perro con el
que ha compartido, esto tiene una función de brindar cariño al animal, estimula la motricidad
manual por la acción, y brinda afecto hacia el niño, reforzando el vínculo con el otro e
indicándose la necesidad de cuidado. Esto se repite con cada grupo, el perro acompaña al
niño hacia la salida o hacia el medio de transporte utilizado para despedirlo hasta la nueva
sesión.
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