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DISEÑO E IMPLEMENTACIÓN DE PROTOCOLOS DE INTERVENCION NEUROPSICOPEDAGÓGICA. FASE III
Especialización en Neuropsicopedagogía, VIII Cohorte - 2008
En el marco anteriormente expuesto es que los procesos de intervención deberían tener en
cuenta aspectos de la psicología evolutiva y de la psicopatología del desarrollo para abordar
los déficit en la autorregulación; es decir que dichos procesos deben apoyarse en la teoría
de las funciones de los lóbulo prefrontales, específicamente denominadas Funciones
Ejecutivas (FE), las cuales de acuerdo con Barkley según Servera-Barceló (2005) estarían
constituidas por:
– La memoria de trabajo no verbal.
– La memoria de trabajo verbal (o el habla internalizada).
– El autocontrol de la activación, la motivación y el afecto.
– La reconstitución.
Todas ellas en su conjunto, comparten el mismo propósito: internalizar conductas para
anticipar cambios en el futuro y, de este modo, maximizar a largo plazo los beneficios del
individuo. Desde el punto de vista evolutivo, las cuatro funciones suponen la privatización
(‘maduración’) de patrones de conducta manifiestos: la memoria de trabajo no verbal
interioriza las actividades sensoriomotoras; la memoria de trabajo verbal, el habla, el
autocontrol de la activación/motivación/afecto, la emoción y la motivación y finalmente, la
reconstitución representa la internalización del juego.
La aplicación del modelo de autorregulación al déficit en el TDAH tiene implicaciones para la
intervención ya que parte de la consideración de que aquel es más un trastorno de la
ejecución que un trastorno de habilidad o capacidad; en otras palabras “el problema no es
que estos niños no sepan qué hacer y cómo hacerlo; lo que ocurre es que no saben cuándo
y dónde hacerlo”. Por ello, la capacidad cognitiva más disminuida de los niños con TDAH
probablemente sea el “reloj cognitivo”, es decir, la imposibilidad de prescindir del aquí y
ahora.
Existen diversos modelos explicativos del TDAH basados en la desinhibición conductual.
Sus aportes en mayor o menor grado se reflejan en los planteamientos metodológicos de
diferentes programas de intervención multimodal, que involucran distintos profesionales, así
como conformación de coterapeutas (padres y educadores) con el objetivo, más que de
“curar”, de reducir el impacto de los efectos secundarios tales como trastornos de conducta,
fracaso escolar, problemas de adaptación social, de autoestima, entre otros. El abordaje
multimodal implica que los componentes de la intervención se adapten en función de las
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